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Entrevista. Cantante

Lola Flores: "Soy famosa desde que mi madre me parió y no sé qué es ser anónimo"

"Nadie pensaba que podía meterme en la piel de la Colometa, y sin embargo, aquí estoy", indica la artista

Lolita Flores. LP / DLP

El público y la crítica se han sorprendido. Lolita, agradecida. Su descarnada reencarnación, que no interpretación, de la Colometa de La plaza del Diamante ha dejado sin argumentos a quienes todavía hoy la consideran una intrusa en la interpretación, por aparecer más en el papel cuché que en las sesudas revistas de crítica escénica.

¿Le costó decir que sí a un personaje como este, la Colometa, que es casi sagrado, una referencia para muchos lectores?

Mucho, lo pensé bastante pero al final dije que sí.

¿Es cierto que fue Joan Manuel Serrat quien la convenció?

Sí, me llamó de madrugada un día y me dijo que no me lo pensara más.

¿Por qué le costó decidirse?

Porque es un papel muy difícil, una novela que conoce mucha gente y que ha hecho gente de mucha categoría. Me daba miedo, sentía mi inseguridad. Y, ahora después de dos meses con el cartel de 'completo' en Madrid e iniciada la gira... Encantada, estoy encantada.

¿La ha estrenado ya en Barcelona?

He estado en L'Hospitalet y la semana que viene estaré en Santa Coloma de Gramenet. En Barcelona hasta abril no estaré.

¿Le imponen ahora los escenarios?

Impone muchísimo. ¡Estoy haciendo a la Colometa! Siempre impone. Este papel es un reto enorme y, en este caso, escuchar los aplausos de la gente es un enorme placer.

La presión mediática que la rodea, especialmente en momentos puntuales como el actual [se acaba de anunciar su separación de su pareja, Pablo Durán] ¿afecta de algún modo a su trabajo?

Para nada. Mi vida personal es mi vida personal y mi vida artística es mi vida artística. Cuando me visto y me meto en el papel de la Colometa la que habla es la Colometa, nunca Lolita.

¿Alguna vez sueña con el anonimato?

No, no, no [ríe]. Yo no sé qué es el anonimato. Yo soy famosa desde que mi madre me parió. Era la hija, ¡soy! la hija de Lola Flores. Cuando alguna vez he viajado lejos de España, a Vietnam o Camboya por ejemplo, he vivido algo cercano al anonimato... pero es que hasta en Vietnam me reconocieron unos turistas españoles. Yo tengo la cabeza muy puesta sobre los hombros, no soy Antoñita la Fantástica. Para ser anónima, anónima absoluta, tendría que irme a vivir a mitad de la selva. Me han reconocido españoles en París o en Londres porque gracias a Dios los españoles de vez en cuando, muy de vez en cuando, podemos permitirnos una escapadita. Nunca he sentido el anonimato absoluto. No sé lo que es. Mi vida es la que es.

¿Cree que el director, Joan Ollé, al escogerla a usted como protagonista, quería darle otra dimensión al personaje de la Colometa, transmitir algún tipo de mensaje?

No lo sé, yo me leí el texto que él había escrito y que ya había hecho otra gente y me ceñí a sus directrices.

De todos modos el haberla escogido a usted genera un interés...

Yo no lo hice por eso, lo hice porque realmente me gustó el monólogo, creo que es una novela muy importante y que era un reto en mi carrera.

¿Qué le ha aportado a usted la Colometa y qué aporta usted a este personaje?

Yo a Colometa le aporto mi piel mis ojos, mi voz, mi corazón, mi ser, mi alma. Pero realmente la historia de la Colometa no tiene nada que ver con la de Lolita Flores. Gracias a Dios yo no he pasado por una República seguida de una Guerra Civil y una Posguerra. Nunca pensé en matar a mis hijos, como el personaje. Lo único que podemos tener en común es que ella es madre como yo.

Usted tiene sangre andaluza pero también catalana por parte de su padre, Antonio González el Pescaílla.

Me acuerdo muchísimo de mi padre, muchísimo, cada vez que salgo al escenario. Este papel es un homenaje callado que le hago a mi padre. Además, la plaza del Diamante está a diez minutos de la calle donde nació mi padre, en la calle Fraternidad, en el barrio de Gràcia.

Es un escenario que su padre frecuentaba y además en la misma época...

Él y yo también, porque nos llevaba allí, donde había nacido.

Usted recibió un Goya como mejor actriz revelación por Rencor

La verdad es que sí lo echo de menos, me encantaría volver al cine. Pero no depende de mí.

¿Es complicado encontrar un papel interesante en el cine?

En realidad una actriz tiene que estar preparada para toda clase de papeles. Nadie pensaba que podría meterme en la piel de la Colometa y aquí estoy.

¿Le han sorprendido las buenas críticas y la gran acogida del público?

La verdad es que sí me han sorprendido. Estoy muy agradecida por todas las cosas bonitas que me han dicho y los aplausos que me da la gente. Estoy muy agradecida más que sorprendida.

¿Tiene nuevos proyectos en televisión, teatro...?

Sí, pero no me dejan decir nada aún, me lo tiene prohibido de momento. Además, con La plaza del Diamante tenemos para rato.

Una suerte tener tanto trabajo en estos momentos...

He estado mucho tiempo con poco, muy poco trabajo, por lo tanto le doy muchísimas gracias a Dios por el trabajo que me está dando ahora. He estado tres o cuatro años sin trabajar al ritmo acostumbrado, que es este, el de no deshacer la maletas prácticamente: sacar la ropa sucia y poner ropa limpia. En la vida de un artista hay momentos buenos y malos y ahora estoy en uno muy dulce en lo profesional que quiero aprovechar y por el que doy las gracias.

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