Un usuario de 81 años que ingresó en urgencias el Hospital Doctor Negrín el pasado domingo con un cuadro grave de neumonía lleva varias noches durmiendo sin manta. Así lo denunció su hija Marta Vidal, quien ayer presentó una reclamación al Servicio de Atención al Paciente donde también se quejó de la ausencia de asientos para los acompañantes de los enfermos. "Mi queja no es contra los sanitarios, porque ellos hacen su trabajo lo mejor que pueden dadas las condiciones, que son tercermundistas. Lo que se vive allí es un caos para todos", aseveró.
El pasado 26 de febrero, el progenitor de Vidal sufrió una neumonía bilateral con broncoaspiración que le tuvo ingresado en la Clínica Perpetuo Socorro, primero en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y luego en planta, hasta el 18 de marzo. Sin embargo, apenas cuatro días después, la familia volvió a verse rodeada de médicos tras la recaída del paciente.
Fue el pasado día 22 cuando el usuario entró en el servicio de urgencias del Hospital Doctor Negrín, donde se vive una situación de colapso desde las pasadas navidades. "Allí están mezcladas personas con enfermedades de todo tipo y de todas las edades", apuntó Marta Vidal, "y las condiciones en las que están los pacientes son impropias, parece que estamos en el Tercer Mundo".
Y es que a su progenitor, que aún permanece en el Negrín a la espera de poder ser trasladado a una clínica concertada, la noche después de llegar al enclave hospitalario, "le quitaron la manta de la cama", aseveró. El hombre, cuya identidad su hija prefiere mantener en el anonimato, ha tenido que dormir estos días únicamente con las sábanas. "Cuando fue a preguntar sobre este hecho al cuidador la única explicación que le dieron es que no había mantas suficientes y ayer [el martes para el lector] seguía únicamente con las sábanas para taparse". Su propia madre manifestó su desagrado en ese momento de manera verbal al personal de Urgencias.
No obstante, Vidal presentó ayer una queja en el Servicio de Atención al Paciente del citado centro hospitalario. "No es contra los sanitarios", reiteró, "porque el caos que hay allí les afecta a todos y ellos hacen su trabajo lo mejor que pueden para los medios con los que cuentan". En su escrito, además de la retirada de abrigo a su padre, puso de manifiesto la ausencia de asientos para que los acompañantes de los enfermos puedan estar más cómodos durante el tiempo que permanezcan ingresados. "Me han dicho que esto es algo antiguo ya, pero aún así a mí me parece que es algo cutre e incomprensible. Mi madre tiene 78 años, está operada de la rodilla y no tiene dónde sentarse mientras está con mi padre". La situación de "precariedad" mantiene totalmente en alerta a Vidal, quien además de la reclamación presentada, anunció ayer que, de empeorar el estado de salud de su progenitor, no dudaría en acudir a los tribunales. "Tiene 81 años y neumonía", recordó.
