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Entrevista. Director del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo

Juli Caujape: "Sin la biodiversidad vegetal iríamos desnudos, desnutridos y hambrientos"

El director de la institución botánica fue el cicerone durante el congreso internacional Floramac 2015

Juli Caujapé, director del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo. JUAN CARLOS CASTRO

¿Cómo llega alguien a ser especialista en Filogenia Molecular, tras plantar una lechuga?

Hay a quien le gustan los nombres y a mí me atraía conocer el nombre de sus nombres, es decir, el origen y evolución de los organismos vivos. Las herramientas moleculares estaban y siguen estando en plena efervescencia y tanto en el grupo con el que hice el doctorado como en Texas tuve la suerte de hacer aportaciones de investigación bastante innovadoras, basadas en la información que contiene la molécula de ADN vegetal.

Ah, de Texas a Tafira.

Gracias a la innovación de algunas de las investigaciones que estaba liderando en esa época, un grupo del Jardín Botánico se interesó por aplicar esas herramientas a la investigación de la flora terrestre canaria para suministrar mejores claves científicas que contribuyeran a su conservación.

¿Tras ver tanto mundo, de aquí le sorprendió algo?

La flora canaria nos sigue sorprendiendo a los investigadores.

¿Por qué?

Porque vivimos en un espacio geográfico de nuestro planeta que es megadiverso en términos biológicos, por las circunstancias geográficas y climáticas que hemos tenido en el pasado.

¿Esto es un poco Jurásico?

No. La flora no es estática y sigue evolucionando pero, sin duda, circunstancias que sucedieron a partir del Mioceno permitieron la evolución de una flora tan diversa y a la vez frágil como la Canarias.

Hablando de frágil, ¿nos hemos cargado mucho?

Hay varios puntos de vista. Esto es más complicado de lo que parece. Por una parte, la extinción es un proceso natural en la evolución y hay quien podría pensar que la conservación no es tan necesaria como lo s científicos argumentan, pero desde otro punto de vista actual, también es cierto que los cambios han sido propiciados por la acción del hombre, y afecta a muchas de las especies que comparten el planeta con nosotros. Por varios motivos soy de los que creen que debemos usar la ciencia para conservar la biodiversidad.

Pero, ¿por qué es importante la biodiversidad?

La biodiversidad vegetal es el sostén de todos los ecosistemas del planeta, de forma que si se extinguen las plantas en poco tiempo no habría vida en el planeta, pero incluso desde el punto de vista antropocientífico la biodiversidad vegetal nos cura, nos da medicinas, nos alimenta y nos viste, porque nos proporciona vestidos. Sin las plantas caminaríamos desnudos, desnutridos y enfermos.

Cómo para no regarlas, pues.

Claro, imagínese.

¿Tenemos joyas vivientes?

Hay muchísimas, y aunque parezca mentira se están descubriendo continuamente.

Asómbreme.

Gracias a las herramientas moleculares y estudios morfológicos detallados estamos viendo que existen especies que hoy se consideran frecuentes, pero que en realidad constan de muchos linajes diferenciados. O por citar un ejemplo en el que el Jardín Botánico ha participado, el trébol de risco de Broussonet (Dorycnium broussonetii), que hoy en día se reconoce como una sola especie con unas seis poblaciones cuando en realidad casi cada población podría ser una especie o subespecie distinta.

No caigo. ¿Y para qué sirve todo esto?

Para no destruir el trabajo que la evolución biológica ha realizado durante millones de años. Otro ejemplo: aquí una de las especies emblemáticas de Gran Canaria, y además rara, la yerbamuda, (Lotus kunkelii), es una especie considerada en peligro crítico, y que gracias a las actuaciones de Medio Ambiente del Cabildo se están dando grandes pasos para recuperar la única población que existe.

¿Cuántos ejemplares viven?

Originales entre 30 y 40 pero la Consejería, tras un gran esfuerzo que implicó a diferentes especialistas, logró reproducir sus semillas en Tafira y el Jardín Botánico Canario y gracias a ello se ha ido reforzando con hijos de esos 30 individuos que se encuentran confinados de cara al mar.

¿Cuando a ustedes les germina una semilla hay fiesta, no?

Hombre, sí. Esta investigación fue muy importante porque se desconocía qué procedimiento era mejor para que prosperara tras germinar, o si las semillas tenían taras genéticas. Y gracias al trabajo de los técnicos del Cabildo tenemos los mejores descendientes.

¿Todo a microscopio?

Sobre todo en el vivero. Aunque también se utilizó el microscopio en el Departamento de Biología Reproductiva del Jardín Botánico Canario, que colaboró en todo lo relativo para determinar su sistema sexual. Y por otro lado, nuestro banco de semillas suministró las claves para que germinen adecuadamente y sobrevivan en el mismo hábitat de sus padres.

Una guardería, en fin.

Aunque a mucha gente le parezca sencillo, no se trata simplemente de echar las semillas en la tierra y esperar. Desde que somos pequeños se nos dice que la naturaleza es sabia, y que como tal sabrá superar las agresiones ambientales. Es sabia, sí, pero a veces no tanto para superar las amenazas actuales sin ayuda de los científicos.

¿Qué se puede hacer con las especies que están críticamente amenazadas?

Se tiende a pensar que, desde el punto de vista de la biología de la conservación, todas tienen características muy parecidas. Y una de las aportaciones de este Congreso ha sido precisamente dar a conocer que las herramientas moleculares permiten estimar la edad relativa de esas especies y determinar cuáles son muy antiguas, los abuelitos de nuestra flora, y cuáles los bebés. Esto que parece tan sencillo es crucial, porque tanto las ancianas como las jóvenes son extremadamente frágiles, pero por causas muy diferentes, lo que determina distintas estrategias de gestión.

Ah, ¿y tenemos abuelitos?

Hombre, estamos hablando de archipiélagos oceánicos insulares, y Canarias es uno de los más antiguos del planeta, más que Hawái. En el proceso de la evolución cuanto más tiempo tengan los organismos mayor será el número de especies que hay en un territorio, siempre que no estén sometidas a catástrofes o perturbaciones. Esto es uno de los motivos de que nuestra flora sea tan diversa y singular. A esto se añaden unas islas canarias muy fragmentadas territorialmente, entre grietas, barrancos, el mar que las separa,... lo que fomenta un aislamiento que es el primer paso para la generación de nuevas especies. Otro hecho que explica tanta diversidad es la cercanía al continente africano.

Explíquese.

Las islas Hawái se encuentran en medio del Pacífico, o Las Galápagos, a unos 700 kilómetros de la costa chilena, y por contra, la isla canaria más cercana al continente está a 95 kilómetros de Cabo Juby. Esto significa una mayor frecuencia de colonizaciones por el viento, por aves, por semillas que flotan en un tronco... Y otro detalle más se refiere a la complicada historia climática de Europa y África continental en los últimos cien mil años.

Con mucho meneo.

Mucho meneo. Las glaciaciones afectaron mucho a los continentes, diezmando o eliminando las poblaciones de flora y animales en estos enclaves, mientras que Canarias no quedó afectada, lo que permitió que la biodiversidad que había colonizado las Islas antes de los ciclos glaciales siguiera evolucionando mientras sus congéneres continentales morían.

Y no le damos valor.

Sí que le damos valor pero le deberíamos dar más, por lo que le decía al principio, porque nos viste, nos alimenta, nos cura.., y es la base de todos los ecosistemas.

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