A su manera, Lalla Salma, la esposa del rey Mohamed VI de Marruecos, la madre del príncipe heredero Hassan (Moulay Hassan) y la princesa Khadija, nacida Salma Bennani, ha hecho una revolución silenciosa, sin necesidad de grandes aspavientos. La bella informática, que fue nombrada Lalla (princesa) tras su matrimonio, es la primera esposa de un monarca alauí que ­mantiene una agenda propia y aparece en público con cierta frecuencia.

Por ella, Mohamed VI disolvió el harén real que mantenía su padre, el difunto rey Hassan, y transformo la corte en un espacio mucho más moderno, dentro del concepto de modernidad que impera en un país como Marruecos, profundamente apegado a las tradiciones.

En Marruecos se la ha llegado a comparar a la Reina Letizia. Ambas llegaron a la realeza procedentes de sólidas carreras profesionales. Salma habla árabe, francés, inglés y algo de español. Suele combinar los espectaculares caftanes marroquíes con los grandes diseñadores internacionales. Se educó en una escuela de Rabat y luego en el colegio Hassan-II. En 1995 terminó el Bachillerato, en la especialidad de Ciencias Matemáticas. Tiene una hermana médica y tres hermanas más del segundo matrimonio de su padre.