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Entrevista. Crimónologo

Miguel Ángel Perianes: "El que estrelló el Airbus tenía el perfil del fracaso y quería que se le recordara"

"El entorno social, escolar y familiar es la base que explica los porqués de un delincuente", apunta el experto

Miguel Ángel Perianes. LUISMA MURIAS

¿Qué perfil tiene una persona como el copiloto Lubitz que para quitarse la vida no le importa matar a otras personas?

Es el perfil del fracaso, de que lo que quiere es volar y destacar por ello y no puede. Esa persona tenía conocimiento desde hacía tiempo de su problema y le invadía la frustración. No admitía lo que le ocurría pero no lo compartía, y así no encontró salida al problema. Es una clara psicopatía con trastorno de inferioridad oculto.

¿Acciones de ese tipo se preparan con tiempo o surgen de improviso?

Lo tenía pensado con anterioridad, pero probablemente no había tenido oportunidad de hacerlo. Cuando se quedó solo en la cabina vio el momento oportuno.

Pero, ¿por qué con todas esas personas a bordo? No las conocía, luego no eran culpables de sus problemas.

No se trata de eso. Lo que piensa es: "no puedo volar, pero se me recordará". Quería que la gente le recordase y por eso tomó esa decisión.

¿Y cómo se le explica a las familias de esas víctimas que Andreas Lubitz cometió ese crimen porque se sentía frustrado?

Pues se las hay que explicar. Con cuidado, pero sin ocultarlas. Lo entenderán o no, pero con el tiempo admitirán que fue así. Sentirán rabia, impotencia, porque no se puede entender que se haya hecho algo semejante y que les haya pasado a ellos. Es muy difícil explicar que hay psicopatologías así y necesitarán tratamiento durante mucho, mucho tiempo.

¿Qué es exactamente un criminólogo?

Un orquestador de muchas disciplinas. Estudia la descripción del hecho criminal, los factores que lo producen, la personalidad de su autor, del delincuente, y también a la víctima, tanto en su personalidad como en su posible condición de factor o estímulo del hecho criminal.

¿Cómo se ve en las series como CSI o CSIBones

La gente cree que es así, y luego se encuentra con que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado tienen los medios que tienen y que el proceso de investigación se prolonga en el tiempo. Hoy día la inmediatez que se ve en esas películas es imposible.

¿Y en Estados Unidos sí?

Tienen laboratorios que aquí no tenemos. Y tienen digitalizadas todas las huellas dactilares de todos los que entran en el país y un procesador que permite saber que cualquier que esté en cualquier esquina de EE UU esté registrado. Eso aquí no existe. Tenemos una base de datos importante y se están haciendo muchas cosas. Pero todo es más lento y las medidas de seguridad no son ni parecidas.

¿Qué supone que los criminólogos tengan un colegio profesional en su comunidad?

Es fundamental, porque así todos los proyectos e informes que se hagan tendrán un carácter oficial que hasta ahora no se le conferían. El delito es un problema social y comunitario, un problema de la comunidad, nace en la comunidad y en ella se deben encontrar fórmulas de solución positivas. El crimen no es un tumor, ni una epidemia o lacra social, sino un doloroso problema humano y comunitario.

¿Hay más crímenes ahora que antes o es que ahora, por los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, se conocen más?

Antes muchos crímenes no se contaban, pero eran menos porque la sociedad estaba educada de otra manera. El núcleo familiar se ha desestructurado. Los niños pasan tiempo con cuidadores, pero no con educadores, con sus padres. Y cuando crecen pasan mucho tiempo con amigos y con otras personas, y las compañías influyen mucho en la conformación del carácter.

¿Las redes sociales amplifican este proceso?

Sin duda. Distorsionan el comportamiento de las personas, porque uno se puede crear su propia personalidad. Se forman un ideal y eso puede conllevar a que se cometan delitos. Por eso hay que analizar el entorno social, familiar, escolar del delincuente. Es ahí donde está la base que explica los porqués.

¿Tendría que haber un mayor control de las redes sociales?

Sí. Pero no se puede entrar a buscar en un ordenador o en cientos cuando ya se ha cometido el delito. La legislación debería permitir controlar a personas que entran en ciertas páginas y crear una bolsa de potenciales delincuentes. Esto permitiría una respuesta policial más rápida y un procedimiento judicial más corto.

Pero también se cometían delitos cuando no había internet.

El problema es que ahora no tenemos contacto con las otras personas, utilizamos otros medios en lugar del cara a cara. Y como no estamos acostumbrados a la relación interpersonal se buscan alternativas para protegerse a uno mismo y al entorno. No nos creemos nuestra propia personalidad porque el entorno familiar y la relación personal no nos ha formado y educado para ello.

Pero se puede ser impecable y luego corromperse por dinero...

Sí. Pero volvemos a la familia y a la necesidad de criar a los hijos en valores.

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