Las playas de Tailandia esconden extrañas esculturas creadas por cangrejos de arena con forma esférica. Cuando baja la marea estos diminutos crustáceos emergen de sus escondites examinana cada grano de arena para hallar alimento. Mientras comen colocan la arena sobre su cabeza y se desprenden de ella cuando las bolas son demasiado grandes para cargarlas.

Para los cangrejos esta curiosa destreza es tan sólo un recordatorio para evitar buscar alimento en el mismo sitio dos veces seguidas, pero para el humano se convierte en una manifestación de belleza natural y efímera.