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'Ciudades de papel'

Jóvenes, sí. Tontos, no

Jóvenes, sí. Tontos, no

La publicación de la novela Ciudades de papel, escrita por John Green, fue todo un acontecimiento en la literatura juvenil de 2008. No sÓlo por sus ventas, que le hicieron entrar en todas las listas, sino por su premio Edgar a la mejor novela juvenil de ese año.

Sin haber leído el texto de Green, la película no se mueve por nada excesivamente revolucionario. Cuenta la fascinación de un chico (Wolff) por su vecina (Delevigne) y las diversas circunstancias, entre ellas el descubrimiento de un cádaver, que les unen desde la infancia.

No va mucho más allá Jake Schreier, director de la interesante pero fallida Un amigo para Frank, con Frank Langella, de una película superficial para jóvenes. Estereotipos superficiales y una historia de amores que no admite mucho más análisis que lo que ella se plantea.

Quedarse en los bordes y no arriesgarse a nada con tal de, supongo, alcanzar el mayor público posible. Ocurría con Crepúsculo o tramos de Los juegos del hambre y también ocurre que me molesta. Precisamente, las narrativas para jóvenes deberían de ofrecer algún reto, o molestar mucho o, al menos, reventar a las generaciones anteriores para dejarnos a los mayores, ya cómodos, pesimistas y pesados, las historias lineales y poco inspiradas.

Por cierto, sí hay que conceder que el fenómeno de Cara Delevigne tiene razón de ser. Es una actriz que parece que puede sostener un metraje con talento, guapura y capacidad cómica y dramática. Solo hace falta que apueste por filmes más inspirados que Ciudades de papel.

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