La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los Gofiones entran en cocina

La agrupación se encuentra grabando su vigésimo segundo disco, 'Por una cabeza', que verá la luz en noviembre e incluirá doce temas del espectáculo 'El crimen de la perra Chona'

Imagen de la agrupación grancanaria Los Gofiones. LA PROVINCIA/DLP

Cuando Totoyo Millares, la leyenda del timple, convocó a unos amigos en el Jardín Canario aquel tres de octubre de 1968 para investigar y tratar de rescatar el folclore canario, no imaginó que, Los Gofiones, la agrupación de la estameña, 47 años después, constituiría una seña de identidad fundamental del Archipiélago a nivel nacional e internacional.

Reconocido como un emblema indispensable de la cultura canaria, el grupo se encuentra ahora grabando el que será el su 22º álbum de estudio. El trabajo, que incluye 12 canciones extraídas del espectáculo El crimen de la perra Chona, surge como respuesta a la demanda del público. "El proyecto no era de caracter audiovisual, sino que se trataba simplemente de un espectáculo. Viendo el éxito que este tuvo, empezamos a introducir los temas en nuestro repertorio. Entonces fue cuando la gente empezó a preguntar por el disco. Evidentemente, nos pusimos manos a la obra", cuenta Víctor Batista, que suma ya 16 años al frente de la dirección musical de Los Gofiones.

Él, a quien precedieron en el puesto Rafael Tejera, Totoyo Millares, Pedro Vega, Carmelo Santana, Paco Chirino y Perico Lino, entre otros, confiesa que la agrupación ha cambiado mucho. "Las estéticas, las maneras de manejarse y los repertorios se han ido modificando paulatinamente. Además, nos hemos convertido en pioneros. Experimentamos con otras disciplinas artíticas aparte de la musical. Esto incluye el movimiento escénico, el trabajo con proyecciones o el uso de contraluces a un nivel más profesional. También hemos cambiado nosotros. Ha habido mucha gente que se ha ido, otra nueva ha llegado. La tradición oral se va transmitiendo de mayores a jóvenes, lo que produce un intercambio generacional que es muy bonito de presenciar".

Este nuevo disco, que conlleva unas 300 horas de trabajo aproximadamente, entraña una doble referencia a través de su nombre, Por una cabeza. La primera, como es de prever, está relacionada con el conocido suceso que tuvo lugar en los años 50 en Almatriche, donde una perra llamada Chona se topó con un cráneo humano. La segunda, por su parte, viene de la mano del conocido y homónimo tango de Carlos Gardel, una pieza compuesta en 1935 que según Batista "resulta conocida gracias a la cinematografía", pues fue compuesta para la película Tango bar y ha sido utilizada en casi una docena de cintas.

Las canciones, que van a cumplir los 60 años, tienen el porte característico de la época. Entre ellas se encuentran títulos como Capullito de Alhelí, Ansiedad, Cambalache y Luna de miel. Hay boleros, tangos, chachachás, valses y alguna ranchera, géneros que hablan principalmente del amor y el desamor, y que desembarcaron en la región de la mano de la radio, el cine y los primeros vinilos. "Estas incursiones revolucionaron la música popular canaria. Los músicos de entonces, teniendo formación o no, eran muy intuitivos, intentaban replicar esos temas. Así aparecieron las influencias de gente como Antonio Machín, José Alfredo Jiménez o Nat King Cole, que se hicieron muy populares y surtieron efecto en la manera de tocar", explica Batista.

En estudio

La producción del álbum, cuya grabación está teniendo lugar en Rebumbio Records, los estudios de Luis Marrero, corre a cargo de Carlos Más, que lleva más de 20 años trabajando con Los Gofiones de manera intermitente desde Te lo voy a decir cantando (1991), el octavo trabajo de la agrupación y el primero en introducir temas de Sudamérica. A su experiencia se sumaron así discos de gran repercusión como Cuba (1996), que cuenta con la colaboración de Silvio Rodríguez y Celina González, Cronistas de la música popular (2002) o Estameña (2010).

Los Gofiones, que nacieron en una época convulsa, se reunían al principio en academias municipales dos veces en semana. Pasaron por numerosos y diversos locales hasta que el tres de julio de 1969 se encontraron por vez primera, en un repleto Teatro Pérez Galdós, frente al público. Fue Elfidio Alonso, miembro fundador de Los Sabandeños, quien los presentó aquella noche. Ahora, han pasado dos años desde que tuvo lugar la cita por excelencia del folclore canario, cuando Los Gofiones y Los Sabandeños se convirtieron en una sola voz sobre el escenario del Auditorio Alfredo Kraus, un acontecimiento que responde al nombre de Manta y estameña. Del lanzamiento de Los Gofiones, un disco editado por Columbia cuyo significado resulta inmenso para el grupo, han pasado 45 años. En 1976 aterrizaron en Madrid y forjaron trabajos como Gofiones a su tierra y En las raíces del pueblo, a los que seguirían más tarde Volumen V (1984), Seis (1986) y Volumen II (1987).

El grupo, compuesto por unos 40 instrumentistas y cantantes entre los cuales sólo quedan dos de sus fundadores,Sergio García Beltrán y Pedro González Lino, necesita tenores. Por eso, ha facilitado la dirección de correo redes@gofiones.com,redes@gofiones.com que confirma la apertura de un proceso de selección público, algo novedoso en la larga y fructuosa trayectoria que tienen a sus espaldas.

"Ahora las redes sociales hacen que gente que antes cantaba de manera más anonima aparezca y te sorprenda. Nosotros hablamos con quienes creemos que nos pueden interesar. Les escuchamos, vemos si el timbre y color de sus voces se ajusta a lo que buscamos y, si es así, se incorporan directamente a la vida del grupo", explica Batista, para añadir que "la relevancia de los tenores radica en que sus voces son las más expuestas, las que casi siempre llevan la línea medólica. Esto no quiere decir que las demás voces no sean importantes, sino que teniendo una cuerda de tenores de calidad garantizas el poder atacar muchos repertorios".

El folclore y la cultura canaria, que en los años 60 estaban inmersos en un debate identitario y de renovación con el empuje de jóvenes voces e instrumentistas, son la razón de ser del conjunto, que cree que aunque la canción popular canaria goza actualmente de buena salud, son necesarios algunos cambios. "La figura del profesor o monitor de folclore tanto en baile como en toque no existe. No hay ninguna academia donde estudiarlo. Además, deberíamos tener el timple en los conservatorios para edificar ese instumento nuestro que nos aporta identidad y nos hace conocidos en el resto del mundo. Que se aborden otras cuestiones en detrimento de la cultura, en especial la identitaria, muestra miopía institucional", denuncia Víctor Batista.

Compartir el artículo

stats