Aburridos por la fría acogida, junto a la Plazoleta de los Betancores, Jorge García y Ana Rubiera instalaron su Txistu (un tipo de flauta vasca) en un local alejado, y con historias. Fue, entre otros, el 1.800, de cocinero y cocina con pretenciosos y una maître absolutamente patética. O donde antes se formó un joven Fermín, hoy sabio parrillero de Casa Brito.
Y aquella pareja: él bilbaíno, que dejó la abogacía, y ella gijonense, con vocación de arquitecta, se encuentra feliz porque, entre otras cosas, el clima de San Mateo le recuerda al del norte peninsular. Y mira por donde: misma clientela, que negoles el pan y la sal, peregrina hasta Tinamar para abrazar la cocina de Ana, que es casera absolutamente, a caballo entre Vascongadas y Asturias.
Es este bodegón una casa de comidas, que sus dueños llaman taberna, aunque bien pudiera ser sidrería, pues junto a sólidos riojas y riberasdeldueros se escancia con regularidad el chispeante vino de manzana. Faltarían el chuletón y la Tortilla de bacalau riau-riau, pero todo se andará. Por ahora suele ofrecer un menú de degustación de Cocina vasca u otro que lleva Chorizo a la sidra, croquetas variadas, Chipirones en su tinta, Bacalao o Merluza, Escalopines al Cabrales o Cachopín y postre por 40? para 2 pax.
Los precios son convenientes, excelente relación precio-calidad. De la minuta (34 platos y 8 postres) destacamos Morcilla de Burgos en Salsa de tomate (5,50 ?); solo por regresar a esta salsa, hogareña, vale la pena el tour; Pisto a la bilbaína (4,50 ? , recomendable; nos chiflan los pistos, pipirrana, alboronia... y otras fritadas de verduras que, miren por dónde, solo pueden gozarse en San Mateo; a ningún figón capitalino se le ha pasado por la cabeza. Merluza (9 ?); Bacalao a la riojana (16 ?); Chipirones en su tinta, riquísimos (falta el timbal de arroz blanco) (8 y 14 ?); Fabada o Fabes con almejas (15 ?); con esa lujosa judía que está ya por los 40 ? el kilo; Cachopo (20 ?) gigantesco, para avezados trapazáis, y generoso relleno; Hígado de ternera encebollado con papas fritas (9,50 ?) excelente, otro de esos platillos casi perdidos; Rabo de toro estofado (12 ?); Tartas de chocolate o de queso (3,50 ?); Arroz con leche (4 ?); Valenciano (3,50 ?), postre bilbaíno homenaje a la capital del Turia: helado de vainilla, zumo de naranjas y Grand Marnier... Y toda la ristra de platos se la curra Ana solita. Ítem más: suele aumentar la lista con propuestas, según mercado, como Bonito con tomate. Y esto también puede ser motivo de reproche: suelen faltar platos que aparecen listados, lo que produce desazón. Y también la cocina es un tanto lenta; la soledad de Ana trae estas cosas. Pero, aun así, es figón recomendable. Avenida de Tinamar, nº 8. Telefono: 928 985655. Cierra domingo noche y lunes.
Rosado de excelencia
Chivite es familia navarra que goza del cariño de todo el mundillo de la gastronomía, y se remonta al año 1647. Ha destacado por unos vinos maravillosos, sobre todo el rosado; según muchos entendidos, el mejor de España. Este año ha sacado una edición limitada: Chivite-Las Fincas, elaborado con Garnacha y Tempranillo en su mimada finca Granja de Legardeta; del que se ha embasado 18.000 unidades en una botella única, con un diseño muy original.
Es el rosado, junto al blanco, el gran vino del verano. Este presenta un atractivo y característico rosa pálido, que recuerda al Champagne rosé; es intenso, frutal y con un final de pétalos de rosa. En el paladar es suave y agradable, equilibrado y untuoso, muy persistente y con notas de cereza en el retrogusto. Ideal con un Arroz con verduras, Bonito con salsa de tomate, Paella marinera. Es el primer vino de Chivite que se acoge a la Indicación Geográfica Protegida Vino de la Tierra 3 Riberas.
La relación entre las familias Chivite y Arzak comenzó hace muchos años y no pocas han sido las tertulias y los ratos que han pasado en torno a una buena mesa y buen vino. Y tras tantos encuentros y desencuentros nació la idea de hacer un vino, mano a mano, que sirviera, al mismo al tiempo, como homenaje al saber hacer de una saga, los Arzak. Y es que Juan Mari y Elena son unos de los tantísimos enamorados de los vinos rosados, y siempre han dicho públicamente que los de Chivite son los mejores y con mayor personalidad. De ahí que se empezara a pensar en cuál sería su rosado favorito, ese que siempre querrían compartir. El grupo bodeguero refuerza, con esta nueva referencia, su posicionamiento como marca líder elaboradora de rosados. (PVP 9,50 ?).
