El día del desahucio la 'beata' estaba tranquilamente sentada en una terraza al lado de la vivienda, disfrutando de la desesperación y nerviosismo de Fran.

Y lo sé, porque pasó justo a mi lado, con una sonrisa quizá de triunfo o quizá de sinvergüenza, no sabría describirla. Porque no creo en un Dios que haga justicia divina, porque creo que la justicia es la terrenal y que todo lo que hagas te será devuelto en la misma medida. Porque quiero verla sentada ante un tribunal, dando cuenta de que hizo con los bienes de Marialex y sobre todo y ante todo qué tipo de Dios es el suyo, que le permite dar la comunión, entrar a la sacristía y cantar en el coro. ¿O quizá no es Dios, sino el párroco de la iglesia quien la “amparaba” diciéndole que estaba bien su comportamiento, igual otro “bien inmueble” para “las beatas” que andan como ratas escondidas buscando la “soledad” que dan los años en personas “supuestamente” sin familia?

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