¿No sé si vive con cierta frustración el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria viendo que cada día miles de africanos siguen jugándose la vida para llegar a las costas europeas?
La llegada de inmigrantes a España es la punta del iceberg. El inmigrante que puede viajar, en cierto modo, es un privilegiado. No tiene nada pero tiene lo suficiente para embarcarse en la aventura, aunque solo sea la fuerza física. Por eso es gente joven. Pero no olvidemos al que queda atrás. Estamos asistiendo a uno de los momentos de la historia con mayor número de refugiados, muchos más que en la II Guerra Mundial. Es muy preocupante y frustrante. Nuestros llamamientos no alcanzan la financiación necesaria. El más financiado es un 64%, pero el resto está en un 12 o un 15%, dependiendo de la crisis. En Irak se financia un 12%, por ejemplo, en Sudán, un 15%; Siria, en un 15%. En general, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) necesitaría 7.000 millones y está en torno a los 4.000, con una carga de trabajo cada vez mayor. Y eso es frustrante. Más, cuando estás en el terreno y tienes que recortar comida, porque no llegan los fondos. La sensación es de luchar contra algo que supera todas las capacidades.
¿Repartirse los inmigrantes como pretende Europa es una solución o hay otras?
Las soluciones deben ser locales. Nadie quiere emigrar, nadie quiere ser un refugiado. Hay que distinguir siempre entre inmigrante y refugiado. A lo que nos enfrentamos cada día más es al inmigrante forzoso, al que cruza fronteras por temor a perder su vida. Diferente es el inmigrante económico, que busca una oportunidad laboral. Cada vez más hay más refugiados, que tienen un estatus especial dentro de la ONU, y a los que tenemos obligación de asistir. No es una opción, es un derecho que tienen. Todas las crisis a los que nos enfrentamos, menos el ébola, son producidas por el hombre. Y si son producidas por el hombre tienen que ser resueltas por él a través de la negociación. Nunca son soluciones simples, pero desde luego quiero pensar que existe solución.
Este verano se cumple un año de la inauguración de este centro logístico, aunque funcionaba meses atrás. ¿Qué balance hace?
Muy positivo. La Luz se ha convertido en el noveno puerto en términos de tonelaje para el PMA, y seguimos creciendo. Estamos consolidándonos como la entrada a África oeste, una región que tiene en estos momentos bastante trabajo con la situación del ébola o en el Sahel. Seguimos trabajando para incrementar todavía más la carga en el Puerto.
En junio el centro hizo un envío de ayuda humanitaria a África.
Estamos sacando envíos todos los meses.
¿Adónde es el siguiente?
La semana pasado enviamos comida a Mauritania, Níger y Malí. Cubrimos África del oeste.
¿Cuantos kilos de alimentos han salido en lo que va de año?
Solo este mes tenemos de tránsito 16.000 toneladas. En lo que llevamos de año llevaremos unas 26.000 toneladas. En 2014 enviamos 52.000 y los cálculos para éste son aproximadamente los mismos o más. Probablemente más.
¿Hay algún país, en concreto, donde haya ido más cantidad ?
Quizás Nigeria y Malí sean los países donde más carga hemos enviado pero, en general, se distribuye en todas las crisis del Sahel.
Ha estado hace poco en África viendo cómo llegan estos envíos.
He pasado once meses con el ébola. He estado en los dos extremos del pasillo humanitario. Enviando y recepcionando ayuda.
¿Todo lo que se envía llega?
Cada saco que se rompe lo contabilizamos, lo apartamos y lo registramos. Tenemos un software muy estricto que nos obliga a anotar cada kilo. Cada vez que se rompe una caja, un saco, se repara, se registra, y, en lo posible, se vuelve a empaquetar y enviar. Aunque estemos manejando millones de kilos, nuestra obligación es que cada kilo llegue. Cada kilo cuenta.
¿Cómo está la crisis del ébola?
Ha mejorado enormemente en Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry. El gran despliegue de la comunidad internacional ha dado fruto, aunque el seguimiento de casos es muy complejo ya que es una enfermedad estigmatizante. Es un gran éxito porque hemos estado teniendo tan solo en un país cien casos a la semana y ahora recibimos dos o tres en los tres países. No podemos quedarnos en la autocomplacencia porque todo comenzó por un caso. Mientras haya uno, el ébola está ahí y puede volver a explotar.
¿Cómo vuelve uno a la realidad de occidente después de haber estado once meses viviendo esa catástrofe?
Pienso que es un error juzgar aquello con los valores de aquí y juzgar esto con los valores de allá. Sí que es verdad que exige un esfuerzo de separación mental a la hora de no convertir en irrelevante los problemas que hay aquí; es fácil caer en eso. No podemos juzgarlos a ellos por nuestros parámetros y, a nosotros, por los suyos. Un poco filosófico, pero es así (ríe).
El PMA invitó hace meses a empresarios canarios a que fueran proveedores, ¿cuántas empresas se han sumado?
Trabajamos con el Puerto y el tejido empresarial canario. Tenemos grandes y buenos socios. Con esa charla lo que queríamos era que otros nuevos entendieran cómo se podía trabajar, cómo presentar ofertas. Nuestra filosofía de trabajo es asumir a las empresas como socios, apostamos por colaborar con el sector privado. No sabría decir exactamente el número de empresarios que se ha sumado porque tenemos un sistema informatizado de registro al que no tenemos acceso. Nosotros no decidimos sobre aquello que se licita en Las Palmas de Gran Canaria, se hace fuera por una cuestión de transparencia.
¿El PMA tiene algún otro proyecto en la ciudad?
Organizamos en la capital un curso para la Organización Mundial de la Salud en el que se testaba el software que utiliza dicha agencia para su logística, y que se celebró en Casa África. A partir de ahí varias instituciones canarias se han acercado ofreciéndonos sus instalaciones para formar a nuestro personal y estamos estudiando con ellas, entre otras con el Puerto, la posibilidad de colaborar.
¿Les han invitado ya el Puerto o el Ayuntamiento a buscar otras naves con vista a la mejora de todo el área del Acuario?
Somos huéspedes del estado español, quien ha suscrito un acuerdo con nosotros donde se prevé el traslado. En ese caso, el compromiso es ofrecernos unas instalaciones similares en otra zona del Puerto, pero no hemos recibido ninguna noticia al respecto.
