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Mucho más que un viaje

Los expedicionarios de Ruta Siete, casi la mitad provenientes de la Península, regresaron ayer a la capital grancanaria después de 35 días de aventuras por el Archipiélago

Mucho más que un viaje

Los 45 jóvenes que este año han formado parte de la Ruta Siete regresaban ayer a la Isla, al mismo lugar que los vio partir hace ya 35 días, cargados de experiencias y emociones que difícilmente podrán olvidar. Este año, la iniciativa impulsada por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Fundación Universitaria, recibía 1500 solicitudes de estudiantes de todos los rincones de España deseosos de vivir este viaje transformador que celebra ya su quinta edición. Pero solo fueron 45 los afortunados que lograron demostrar que sus habilidades personales y su filosofía de vida encajaba con el proyecto, 18 de ellos provenientes de distintos puntos de la península.

Los ruteros sabían que el viaje llegaba a su fin y no dudaron en aprovechar cada segundo que les quedaba por compartir todos juntos. Antes incluso de tomar tierra ya se les podía escuchar coreando y bailando en una de las cubiertas del barco que los traía de vuelta al puerto de la capital grancanaria, toda una declaración de intenciones para los familiares que les esperaban después de más de un mes sin verlos. Con guitarras, timples y hasta un violín, los jóvenes y los miembros de la organización que les acompañaban pisaban suelo firme al ritmo del clásico de Manuel Negrín, Vivo en un archipiélago, una canción con un significado especial para este viaje que recorre las siete islas y en el que también participan ruteros de la península que acaban sintiéndose uno más.

A pesar de los kilómetros recorridos, el cansancio parecía pesar solo en los zapatos mientras transitaban el camino que los llevaba hasta el punto de encuentro donde debían encontrarse con sus familias. Una vez allí, y ante la atenta mirada de sus seres queridos, los ruteros disfrutaron cantando por última vez la canción que les define como "la marea azul", por el color de las camisetas oficiales, que intenta dejar la "huella positiva", uno de los lemas principales de esta iniciativa. Y ante el disfrute de los presentes, pero sobre todo de ellos mismos, no dudaron en interpretar Grita, una canción de Jarabe de Palo que mucho tiene que ver con los lazos que estos jóvenes aventureros han establecido entre ellos y con las comunidades con las que han colaborado.

Aunque este año no hay representantes de todo el archipiélago, si es el año que más protagonismo tienen las islas más pequeñas, teniendo además la primera "rutera" de La Gomera, Alicia Arteaga. Para ella esta experiencia es "muchísimo más que un viaje transformador", aunque le cuesta encontrar las palabras exactas para definirlo. En su opinión el aprendizaje personal que desarrollan "toca todos los aspectos, nosotros nos propusimos unos retos para vivir en la ruta, pero ahora formarán parte del resto de nuestra vida". Rotunda al asegurar que lo mejor del viaje han sido sus compañeros, considera que incluso lo más duro "te acaba enriqueciendo". Y recordando lo que ella misma sentía antes de comenzar esta aventura, aconseja a los futuros ruteros "no tener miedo a estar con mas de 40 desconocidos, porque se van a convertir en lo mejor del viaje".

Aunque estaba prevista una dinámica para presentar a las familias la experiencia vivida, al final decidieron disfrutar todos juntos del poco tiempo que les quedaba a todos juntos, ya que algunos de los ruteros regresan a casa mañana mismo. Para los grancanarios y los que no se van hasta la próxima semana, los jóvenes han organizado este domingo una reunión en la que despedirse con más calma, después de darse una buena ducha y descansar en una cama.

El objetivo de este viaje era acercarse a la realidad social, cultural y medioambiental de los lugares que iban a visitar, intentando aprender de ellos y ayudarlos en la medida de lo posible. Y ahora, con las expectativas cubiertas, el equipo técnico y de apoyo, formado en su mayoría por antiguos ruteros, ponen la mira en la que será la sexta edición de esta aventura. Javier Fernández, miembro de la organización desde su primera edición aseguraba que el reto es "lograr que sean ellos mismos los que den el paso de crear, de ayudar, de innovar, que sean ellos los que tiren la pelota ahora".

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