Cataluña "declarará su independencia", pero el Estado no debe sofocar la sedición "con los tanques" porque eso provocaría allí "un orgasmo general" y "no hay que darle esos placeres", asegura el director teatral y fundador de Els Joglars Albert Boadella. Cataluña "no tiene salida", asegura Boadella (Barcelona, 1943), porque quienes promueven su independencia "han cortado todas las salidas y no pueden dar marcha atrás". "Pujol hacía el doble juego del chantaje y la coacción, pero el nefasto Mas no tiene ninguna otra opción".

Y no hay salida posible, precisa, porque son "generaciones educadas en el odio a España, que jamás reconocerán banderas o al Rey como algo suyo".

"Después unos desalmados han aprovechado ese sentimiento natural de defensa del terruño elevándolo a objetivo militar".

"El nivel de engaño a la ciudadanía ha sido tan alto que viven en la ficción de que tienen la bota de los españoles pisándoles la nuca. Han perdido el sentido de la realidad y no quieren creer que la independencia significa jugarse la permanencia en la UE. Por otro lado han logrado que mucha gente piense 'que se marchen de una puta vez'", clama.

Desde su casa en Gerona, y recién llegado de Buenos Aires, donde ha estado un mes dirigiendo El pimiento Verdi, subraya que "todo" lo que ve es "de una mediocridad y una bajeza moral" inauditas, "una epidemia a la que cada vez más gente se engancha" y que él ya vaticinó hace más de 25 años en un artículo periodístico que tituló El virus. Por eso, dice, ya no tiene amigos en su tierra y toda su vida social la desarrolla en Madrid, donde dirige los Teatros del Canal desde hace siete años y para los que acaba de renovar por otra temporada más. "Esto es un espectáculo cómico. Cuando veo las cosas que dicen, cómo se pelean entre ellos lo que noto es que no tengo sentimiento de apego alguno", revela.

En ese contexto, apostilla, la convocatoria de elecciones del 27-S no es más que "una huida hacia adelante de los dirigentes".