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Entrevista

Carlos Jiménez: "Los médicos no miran a la cara a sus pacientes desde que tienen ordenador"

"No veo que los jóvenes tengan rebeldía. Percibo que todo les importa un rábano", afirma este médico jubilado, historiador y músico

Carlos Jiménez. P. M.

Se licenció en Medicina y Cirugía, pero en su doctorado optó por la Historia, ¿por qué?

No hice la tesis en traumatología porque eso de poner tornillos me parecía una chorrada [risas]. Me gustaba más, me dejaba más a gusto, la Historia, en términos generales. Luego he escrito varias novelas y libros históricos, como Lágrimas de arena, que cuenta la historia del pueblo hebreo. Hablando con un amigo ginecólogo comentamos que los jóvenes no tienen ni idea de religión y, pese a que no soy creyente de ninguna, nunca me he arrepentido de que me la hayan enseñado. Me pregunté: ¿y si escribo un libro contando de forma jocosa todo lo que me contaron en su día y algo más? Y lo hice.

¿Necesita la medicina actual mayores dosis de Humanidades?

El médico tradicional siempre ha estado unido al humanismo. Es el caso de Santiago Ramón y Cajal, gran humanista, o Gregorio Marañón, más conocido como médico que como humanista. En el otro sentido, hay mucha gente que no sabe que Pío Baroja era médico. Es verdad que desde la aparición de la tecnología y la informática, los médicos jóvenes son muy buenos técnicos, pero no valoran, no hacen ese esfuerzo por el humanismo, no tienen ni idea de quién era Viriato porque no lo consideran necesario. En la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas (Asemeya) preparé el discurso de ingreso para varios colegas, pero con más de cuarenta años. Los que acaban ahora están lanzados a la técnica, pero muy poco a cultivar las Humanidades.

¿Influye esto en la atención que prestan al paciente?

Influye sobre la proximidad asistencial, sobre la empatía asistencial. Hoy en día los médicos son buenos técnicos, pero la gente se queja mucho de la falta de esa proximidad y esa empatía. Desde que los médicos tienen ordenador, en lugar de hacer las historias a mano, no miran al paciente a la cara ni le gastan bromas. La Medicina es más fría y mucho menos exploratoria. Soy de las últimas generaciones que piensan que al paciente hay que sobarlo, como decía uno de mis profesores. En la situación actual esto es controvertido, se pide directamente la resonancia magnética y nos quitamos un problema. Es otra generación, otra cosa.

Usted fue secretario general de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas, ¿era más frecuente alguna disciplina artística que otra entre los galenos?

Sí, la novela o el ensayo. Hay algunos poetas, tanto hombres como mujeres, y también algunos pintores.

Usted impartió charlas a los mayores sobre cómo se ha educado a los hijos, ¿qué les contó?

Entre mi generación y la de mis hijos hay un gran cañón del Colorado en medio. Nuestros hijos han heredado nuestros errores y han creado otros por sí mismos, en una sociedad que no ha sabido calcular los efectos de la falta del valor del humanismo. No veo que los jóvenes tengan rebeldía. Percibo que todo les importa un rábano. No puedo criticar a los jóvenes actuales, pero sí decir que no les entiendo, me encuentro un poco marginado.

¿Qué les recomienda para llevar eso que llaman envejecimiento activo?

Que lo hagan dignamente, según el criterio de digno que tenga cada uno. Por lo menos, que no abandonen lo que siempre han hecho.

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