Solo dos de las 21 películas en concurso en la Mostra de Venecia eran latinoamericanas y Desde allá, del venezolano Lorenzo Vigas, y El clan, del argentino Pablo Trapero, se hicieron con los dos premios más importantes, el León de Oro al mejor filme y el León de Plata al mejor director. Vigas convenció al jurado presidido por el realizador mexicano Alfonso Cuarón con su ópera prima, una película compleja por su contención y que con la excusa de una historia de amor homosexual hace un retrato sin concesiones de la dura realidad social de Caracas.

Mientras que Trapero presentó un thriller terrible por tratarse de hechos reales y que también es una historia resultado de una época complicada de Argentina, la del final de la dictadura y el comienzo de la democracia, momento en el que surgieron delincuentes antes bajo la protección gubernamental como la familia Puccio, protagonistas de lo que cuenta El clan. Dos películas que confirman la potencia de un cine latinoamericano que este año ha conseguido premios en los festivales internacionales más importantes del cine, como el Oso de Oro de Berlín para El club, del chileno Pablo Larraín, o el de mejor guion en Cannes para Michel Franco por Chronic. Y que dejaron sin premio a las grandes favoritas del festival, Francofonia, del ruso Alexander Sokurov, o el documental Beixi moshuo (Behemoth), del chino Zhao Liang.

Sí se reconoció la original apuesta de Charlie Kaufman y Duke Johnson, con su historia de animación Anomalisa, que recibió el Gran Premio del Jurado, o L'hermine, la comedia del francés Christian Vicent, que ganó el premio a mejor guion, mientras que su protagonista, Fabrice Luchini, se llevó la Copa Volpi. La Volpi a la mejor actriz fue para la italiana Valeria Golino por Por amor vostro -un premio muy contestado en la sala de prensa-, el segundo de su carrera tras el que consiguió en 1986 por Storia d'amore.

El Premio especial del Jurado fue para la turca Abluka, de Emin Alpero, y el Marcello Mastroianni al mejor actor joven para el niño Abraham Attah, que a sus 14 años impresionó a todo el mundo con su interpretación de un niño soldado en Beasts of No Nation, de Cary Fukunaga.

Pero el gran protagonista de la noche fue el cine latinoamericano, especialmente porque el León de Oro fue para Venezuela en la primera participación de un filme de este país en la Mostra y que es además la primera vez que un filme latinoamericano recibe el máximo galardón en Venecia. Un premio que "será muy bien recibido en un país en el que hemos tenidos problemas en los últimos años y espero que esto ayude un poco", afirmó Vigas al recoger el León de Oro.

Un León de Oro que no fue concedido por "absoluta unanimidad", como reconoció el presidente del jurado, el mexicano Alfonso Cuarón, aunque al final sí hubo "un enfoque unánime". Cuarón aseguró entre risas que le habían dado un montón de dinero por haber premiado a las dos películas latinoamericanas en competición pero aseguró que "la presidencia tiene el mismo efecto que en las decisiones políticas tienen el rey o la reina de Suecia. Todos teníamos los mismos votos, es más una cuestión representativa".

Y la que más apoyos consiguió fue el Desde allá de Vigas, una película rodada en una caótica Caracas, testigo de una historia de amor contenida y consecuencia, en muchos de sus aspectos, de la crisis social que vive Venezuela. Algo que Vigas reconoció al recoger un León de Oro que "será muy bien recibido en un país en el que hemos tenidos problemas en los últimos años y espero que esto ayude un poco", dijo emocionado y muy sonriente. "Quiero dedicar este increíble premio a mi país, Venezuela".

Por su parte, Trapero reconoció que el León de Plata superó sus expectativas. "Me había ido a Buenos Aires, llegué el miércoles y el viernes nos pidieron que volviera. No sabía exactamente de qué premio se trataba y a medida que pasaba la ceremonia, me fui poniendo muy contento". "Venecia es un festival por el que siento mucho cariño, me he formado viendo cine italiano y mucho salió de aquí".