"Declarar la guerra al alzhéimer" con un aumento de los recursos destinados tanto a la investigación básica como a la aplicada, tal y como se hizo en su día contra el cáncer, y cuya aplicación terapéutica se ha visto 30 años después, en lo que ha supuesto toda una revolución en el tratamiento de la enfermedad.

Así lo propone, en una entrevista el vocal del grupo de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Alberto Villarejo, con motivo del Día Mundial de la Enfermedad de Alzheimer que se celebra hoy.

"El gran reto de los neurólogos es encontrar un tratamiento eficaz, que modifique la evolución de la enfermedad, no que la cure, que a lo mejor es un objetivo demasiado ambicioso, pero sí que al menos la frene, la ralentice o modifique su evolución degenerativa", afirma.

El alzhéimer es la forma más frecuente de demencia, una enfermedad que en España afecta a unas 600.000 personas -aunque entre el 30 y el 40 % de los casos podrían estar sin diagnosticar- y de la que se estima que en los próximos 35 años pueda haber hasta 1,5 millones de pacientes.

Pero hay motivos para el optimismo.