El escritor zaragozano Ignacio Martínez de Pisón obtuvo ayer el Premio Nacional de Narrativa por su obra La buena reputación, un galardón dotado con 20.000 euros que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. La obra premiada es, según el jurado, "un retrato del mundo judeoespañol en Melilla en la época del Protectorado y el complejo desarrollo de una red de relaciones familiares en el marco de un relato extenso, muy fiel a la tradición novelesca".

Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), licenciado en Filología Hispánica e Italiana, ganó con su primera novela, La ternura del dragón (1984), el Premio Casino de Mieres. Es también autor de María Bonita (2000, Premio Pedro Saputo de las Letras Aragonesas en lengua castellana), Enterrar a los muertos (2006, Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción policiaca y Premio Dulce Chacón) y de Dientes de leche (2009, Premio Arzobispo Juan de San Clemente).

Ha escrito además El día de mañana (2011, Premio Ciudad de Barcelona de literatura en lengua castellana y Premio Espartaco a la mejor novela histórica) y La buena reputación (2014, Premio Cálamo Libro del Año).

Su obra ha sido traducida al francés, italiano, euskera y portugués y es traductor de los auto- res italianos Del Giudice y G. Morselli. Ha participado en antolo-gías y libros colectivos como El cuento hoy en España (1988), Cuentos barceloneses (1989), Estrategias de la memoria (1990), Aeropuerto de Funchal (2009) o Partes de guerra (2009). En 1990, el relato El filo de unos ojos, incluido en su obra Alguien te observa en secreto, fue llevada al teatro, y su novela Carreteras secundarias fue adaptada al cine en 1997 por Emilio Martínez-Lázaro.

Tras conocer el fallo, Ignacio Martínez de Pisón se ha mostrado "muy contento" por haber obtenido el Nacional de Narrativa y ha aclarado que no tiene intención de rechazarlo porque "los premios no los conceden gobiernos, sino jurados, que representan a la sociedad".

Martínez de Pisón se ha adelantado a las preguntas de los informadores y ha dicho: "Si queréis saber si voy a rechazar el premio, ya os digo que no", toda vez que Javier Marías se negó a recibir este mismo galardón en el año 2012. "Escribir es un trabajo en solitario y cuesta saber si gusta o no lo que haces, por eso es agradable recibir un premio y saber que hay un grupo de personas que piensan que la novela no está del todo mal", dijo.