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Entrevista

Cabanela: "En Estados Unidos, el rey Felipe VI ya es más conocido que su padre"

El cirujano ortopédico de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota, se hizo famoso en España por operar de la cadera a Juan Carlos I

Doctor Miguel Cabanela. LP / DLP

¿Sigue en contacto con el Rey Juan Carlos?

Le hago un seguimiento, como a todos mis pacientes. Precisamente hace unos días hablé con él y me dijo que se encontraba muy bien.

¿Qué repercusión mediática tuvo en Estados Unidos la intervención quirúrgica que usted le realizó al actual rey emérito?

Pues no tanto como en España, obviamente. La noticia salió en el Wall Street Journal y en el New York Times, porque don Juan Carlos es muy conocido en Estados Unidos, pero por lo demás los periodistas de aquí no me dieron mucho la lata. Si le parece le cuento anécdota?.

Cuente, cuente?.

Pues resulta que cuando un periodista norteamericano llamó a la Sociedad Americana de Cirujanos de Cadera y Rodilla preguntando por mí, el presidente, que es muy amigo mío, me telefoneó inmediatamente a mí y, con ironía, me dijo: "Oye, Miguel, que un periodista me pregunta por ti. ¿Has robado algún banco últimamente?" (risas) Bueno, en círculos de la Medicina sí que se enteró mucha gente.

¿Hasta qué punto es conocido don Juan Carlos en Estados Unidos?

Es muy popular aquí, siempre lo ha sido, pero, y no es que me ponga a comparar, creo que Felipe VI va a ser todavía más popular, de hecho ya lo es, muy especialmente entre la población hispana, en estados como California o ciudades como Miami. Cada vez que hace una visita allí, parece que quienes van son los Rolling Stones?

¿Qué opinan los norteamericanos de la institución monárquica?

Ellos creen que su sistema de gobierno es el mejor del mundo y, claro, para un estadounidense medio la monarquía es una institución anacrónica e innecesaria. Para ellos, las figuras de los reyes equivalen a las de presidentes del Gobierno, en ese sentido sí que sienten cierta fascinación, pero es que a los norteamericanos lo que les fascina de verdad es la gente con poder, y ellos creen que los reyes son "hombres con poder".

¿Es cierto que la inmensa mayoría de los norteamericanos no sabe ni dónde queda España?

Eso sucedía en los años 60, cuando yo llegué, pero hoy en día ya no. Un americano medio sabe dónde queda España. Aunque, bueno, en los estados del Oeste y el Sur, ya no tanto. Allí mayormente siguen pensando que el mundo se acaba en las fronteras de los Estados Unidos. A mí, hace años me pasó una anécdota que le cuento: fui a un congreso y, al pretender visitar a la delegación española, me dirigí a la sección de Europa? pero allí no la encontré. Resulta que estaba en la sección de Latinoamérica?

¿Cómo comenzó esa vocación suya de ir a países del Tercer Mundo a operar gratuitamente?

Todo esto viene a raíz de la impresión que me hizo el que fue mi jefe y mentor, Mark Coventry, a finales de los años 60, cuando regresó de una misión en Afganistán, donde estuvo a punto de perder la vida en aquella revolución que derrocó al antiguo monarca. Desde entonces siempre quise hacer eso.

Y esos viajes se han convertido para usted en una de sus mayores satisfacciones tanto personales como profesionales.

Sí, porque es una actividad muy especial, que me ha dado muchas alegrías, y lo digo casi egoístamente, porque es mucho mas lo que recibes que lo que das. Lo que uno ve en esos países, y en esas situaciones límite, te abre a la realidad. Trabajamos casi sin medios, estamos obligados a improvisar para resolver los problemas? Y luego está la parte humana, que es la que más conmueve. Allí, normalmente, no puedo comunicarme con los pacientes hablándoles, porque evidentemente no sé su idioma, así que siempre me tengo que comunicar por señas? es algo fascinante, distinto y muy enriquecedor. Sus sonrisas al verse curados son enormemente reconfortantes.

¿Recuerda alguna anécdota en especial?

Tengo muchas, pero una que se me ha quedado grabada es de un paciente vietnamita, un hombre de 40 años al que, tras implantarle una prótesis de cadera que yo pagué de mi bolsillo, no habían transcurrido ni 24 horas de la operación cuando desapareció de su habitación y, buscándole por todo el hospital, me lo encontré andando, ¡sin bastón ni nada! La sonrisa de agradecimiento que me dio no la olvidaré jamás.

¿Sabe que en España los médicos se han rebelado porque, en la Sanidad pública, los obligan a jubilarse a los 65 años?

Pues claro que sí, y es una verdadera pena. Conozco a algunos colegas de mi especialidad, cirujanos ortopédicos, que hasta me dicen que se sienten muy desgraciados, que han perdido el norte de sus vidas desde que los jubilaron? Bueno, yo creo que así se desperdician su experiencia y sus conocimientos, porque algunos están en lo mejor de sus vidas profesionales y podrían seguir aportando mucho pero, por otra parte, yo comprendo que hay que dar paso a los jóvenes en España, hay muchos médicos jóvenes médicos en paro y hay que tener cuidado porque ellos serán los que cuidarán de nosotros el día de mañana. Ser joven y estar en paro es desmoralizante y peligroso? En fin, yo creo que lo ideal sería conjugar el dar paso a las nuevas generaciones con aprovechar el caudal de conocimiento de los médicos más veteranos.

¿Cómo se ha solucionado esta cuestión en la Sanidad de los Estados Unidos?

Bueno, para empezar, en Estados Unidos la jubilación forzosa de los médicos no existe, es ilegal. Yo me jubilé a los 68 años, pero fue porque quise. Es que, claro, aquí ocurre una cosa: que faltan médicos. En la Clínica Mayo tengo un compañero de 75 años que sigue haciendo unas 400 intervenciones quirúrgicas anuales. Y a fe que está en plena forma.

Hablando del sistema sanitario norteamericano, no falta quien diga que será el mejor, sí, pero también el más injusto del mundo.

Totalmente de acuerdo. El sistema sanitario estadounidense es injusto y está claramente inclinado hacia la gente con poder económico. Es cierto que las medidas adoptadas por el Gobierno de Obama han paliado la gravedad de la situación pero solamente ha sido un pasito adelante. En la actualidad, alrededor de 30 millones de norteamericanos carecen de seguro médico y eso, obviamente, impide su acceso a una sanidad medianamente eficiente.

¿Qué quiere decir con una sanidad eficiente?

Pues que quienes no tienen seguro alguno solo pueden acceder a la sanidad pública, pero es que los medios con que cuenta la sanidad púbica en Estados Unidos son tercermundistas, a la altura de los países que he visitado yo, y no exagero nada. Para mí, esto es escandaloso e inconcebible. Pero en este país, la Medicina es negocio y más negocio, hay sectores que ganan mucho dinero a cuenta de la salud: las farmacéuticas, las compañías de artilugios quirúrgicos, las aseguradoras? A mí eso me pone fuera de mis casillas. Porque yo, al contrario de la mayoría de los médicos norteamericanos, no soy conservador, soy liberal y demócrata.

Sabrá que en España hubo una polémica porque enfermos de hepatitis C no podían ser tratados con los nuevos medicamentos porque resultaban carísimos. Eso, en EE UU, sería una situación normal?

Pues sí. Verá. En este país, aun si tienes seguro, ese seguro paga un porcentaje sobre el coste en el mercado del producto. Pero eso ocurre con una hepatitis lo mismo que con una gripe o con hipertensión. Me voy a poner de ejemplo yo mismo: hace unos días descubrí que tenia una otitis. Pues bien, resulta que el fármaco vale 180 dólares, de los cuales 135 los pone mi aseguradora, el resto corre de mi cuenta. De manera que, aquí, quien no tiene suficiente dinero no puede medicarse adecuadamente? y la situación se agrava para quienes están ya en la tercera edad, en la que la cobertura de los seguros es muy baja.

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