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Entrevista.

Teresa Vázquez: "Un sirio se puede gastar entre tres mil y cinco mil euros en llegar a España"

"La crisis de refugiados en Europa es culpa del fracaso de las políticas de los estados miembros", afirma la abogada del Centro Temporal de Inmigrantes de Melilla (CETI)

Teresa Vázquez en el Parque de San Telmo ayer. JOSÉ CARLOS CASTRO

Acaba de ver el sufrimiento de los refugiados sirios que llegan al Líbano huyendo de la guerra de su país, ¿cómo percibe la calma con la que Europa afronta este problema humano?

Pues, diría a todos los países que lo que está pasando con los sirios es culpa de ellos. La crisis de refugiados en Europa es culpa del fracaso de las políticas de los estados miembros de la Unión Europea. Desde hace cuatro años debían haber habilitado vías legales para que están personas pudieran acceder a Europa, y tener un plan previsto de acogida, que evitara el tráfico de personas y las mafias. Al cerrar las puertas el problema sigue porque van a seguir viniendo, ya que la situación de vida en Líbano, Jordania o Turquía es insoportable.

¿Qué es lo que más le ha impactado Líbano?

En la frontera de Líbano no hay campamentos de refugiados sirios porque el gobierno no quiere que se repita el caso de los palestinos. La política es de máximo rechazo a los refugiados, y por eso viven en asentamientos, sin acceso a agua, a luz, a sanidad y no tiene derecho a nada, son tratados peor que animales. Una de las cosas que he apreciado en mi estancia allí es que los refugiados sirios que llegan son solo la punta del iceberg. En los próximos tres o cuatro años van a llegar de tres a cuatro millones de refugiados sirios a Europa.

¿Quiere decir que esas cifras de refugiados que debe acoger cada país no son reales?

Europa no tiene, ni ha tenido previsiones, pese a estar rodeados de expertos. La Unión Europea nos quiere hacer creer que la crisis de refugiados sirios surge ahora y empezó hace cuatro años, lo que ocurre es que llegan más. Líbano tiene cuatro millones de habitantes, más quinientos mil refugiados palestinos, y además, registrados por Naciones Unidos hay un millón doscientos mil sirios, aunque contados por las ONG son dos millones de sirios. Es decir, que para Líbano tener dos millones de refugiados es como si a Europa le llegan en tres años doscientos millones de refugiados, entonces se notaría la presión, pero a Europa no ha llegado ni un millón de sirios.

¿Cómo responsable de la Comisión de Ayuda al Refugiado está España preparada para acoger a estas personas?

No. Las leyes españolas en materia de asilo son muy garantistas, y en pocos lugares del mundo les dan esos derechos. El problema es que el sistema está pensado para cifras muy por debajo de lo que va a llegar. En España, los centros de acogida están preparados, pero es cierto que no hay tantas plazas disponibles.

Canarias se vio en su día desbordada con los inmigrantes irregulares , ¿cree que esto se pude repetir con los refugiados'?

A mí la primera acogida no me preocupa porque he estado trabajando en el CETI de Melilla y he vivido saltos masivos, y se ponen todos los medios para atenderles, pero el problema es que los refugiados llegan para quedarse. Desde la Segunda Guerra Mundial, Europa no había vivido una situación igual con los refugiados y aún no sabe cómo resolverla.

¿Hay muchos inmigrantes en el Centro de Melilla?

El panorama de Melilla ha cambiado porque antes la mayoría eran subsaharianos, a excepción de algún argelino, o marroquí. Ahora de dos mil trescientas personas sólo treinta son africanos, el resto son sirios. El Centro de Melilla es ahora la pequeña Siria. En este año han pasado por Melilla unos seis mil sirios, pero la mayoría se ha ido a países de Europa como Alemania.

¿Y esos sirios han llegado desde África a Melilla?

Sí y les cuesta muy caro. Pagan por pasar la frontera de Siria, después pagan hasta 200 euros por una guagua para llegar a la costa de Líbano, que lo normal es que cueste setenta céntimos. También pagan por llegar en barco a Turquía, y después por coger un vuelo a Argel o El Cairo, y de ahí a Marruecos, y ya luego por entrar a Melilla. Se gastan entre tres mil y cinco mil euros por persona en llegar a España. Vienen en familia, desde la abuela hasta el bebé, porque los sirios tienen un concepto de familia muy arraigado, aunque también llegan muchos hombres jóvenes.

Se ve a Siria como un país lejano a nosotros.

Ese es el problema. Siria está a dos horas de vuelo y no se trata de una guerra lejana. No se ha dicho que en Siria hay una elevada clase media, y que los refugiados que llegan pertenecen a esa clase media porque los obreros no tienen dinero para salir de su país.

¿Porqué hay que distinguir entre un inmigrante y un refugiado?

Porque los refugiados sí que tienen reconocidos una serie de derechos y los inmigrantes no. Un refugiado puede cruzar nuestra frontera a de forma ilegal, incluso con documentación ilegal, y además no se les puede llevar a un Centro de Internamiento de Extranjeros. Si se confunden los términos se les quitan derechos al refugiado que el inmigrante no tiene. Es importante hablar de llegada de refugiados aunque sea migración mixta porque hay inmigrantes económicos y refugiados por otro.

¿Se les puede dar permiso solo para tres años como pretende la canciller Merkel?

Sí. La legislación europea es así. En España son cinco años, pero es el plazo mínimo, después de ese tiempo, si la situación en su país sigue igual tienen derecho a ser residentes de larga duración y pueden pedir la nacionalidad pasando un examen.

¿Lo que es evidente es que los refugiados van a cambiar el mapa poblacional de Europa?

Claro. Estas personas van a formar parte de la sociedad de cada país, y por eso hay que prepararse para integrarles. Por eso no es tan importante la primera acogida sino darles derecho a una vivienda, a la sanidad, educación, a entrar en el mercado laboral y a todo lo que puede acceder un ciudadano. Por eso no es lo mismo hablar de refugiados que de inmigrantes, porque a los sirios que lleguen a Europa no se les puede devolver.

¿Y esos derechos pueden generar conflictos sociales?

Sí. Se generará un problema si no se planifica. Cuanto más frustrados estén los ciudadanos vulnerables de un país más difícil será. Hay que prepararse para evitar la exclusión social, la creación de guetos, la xenofobia y posibles situaciones de racismo.

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