La contaminación lumínica se ha apoderado de las noches en las grandes ciudades y ha corrido un velo sobre el cielo que impide observar las estrellas, afirma el jefe técnico de la Oficina de Protección del Cielo (Instituto de Astrofísica de Canarias, IAC), Federico de la Paz.

Esta contaminación es una de las causas que pueden romper el ciclo circadiano (sueño-vigilia) de los seres humanos e, incluso, aumentar los casos de cáncer, añade De la Paz en una entrevista con Efeverde.

Desde 2008, la densidad lumínica está legislada por un real decreto sobre eficiencia energética, a partir del cual cada Comunidad Autónoma regula sus propios apartados.

"Basándonos en esa legislación, entendemos que el tema de iluminación urbana, monumental, edificios públicos y privados debe apagarse a medianoche y la luz debe proyectarse desde arriba hacia abajo, nunca de abajo hacia arriba. De hecho, el real decreto prohíbe que la luz tenga esa última orientación, porque proyectamos y perdemos mucha luz", indica De la Paz.

El horario de apagado lo determinan las administraciones, pero hay circunstancias especiales como las fiestas de Navidad que permiten un mayor tiempo de encendido, explica el ingeniero.

Las zonas que, según las imágenes de los satélites, tienen un exceso de iluminación en España son ciudades como Valencia, Madrid o Sevilla, comenta De la Paz. Se debe, "según argumentan algunos, a que en España se sale más por la noche que en los países nórdicos. Pero esa costumbre de cuanta más luz mejor la debemos erradicar".