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I Congreso Regional de los Trastornos de la Conducta Alimentaria

El aumento de casos en varones cambia el escenario de la anorexia y la bulimia

Especialistas del Hospital de Día de Santa Cristina aseguran que la implicación de la familia en el tratamiento mejora en un 50% el pronóstico de los pacientes

El aumento de casos en varones cambia el escenario de la anorexia y la bulimia

El escenario de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), principalmente anorexia y bulimia, empiezan a cambiar con el incremento de casos entre la población masculina, según afirmaron la psiquiatra Belén Unzeta Conde, y la psicóloga clínica Mª Pilar Vilariño Besteiro. Las especialistas de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Universitario Santa Cristina de Madrid, participaron ayer en el I Congreso Regional de los TCA organizado por la Asociación Gull-Lasègue para el Estudio y Tratamiento de la Anorexia y Bulimia en Canarias.

"En la Unidad cada vez tenemos más casos de varones. Mientras en los últimos años había un caso de forma esporádica, en estos momentos estamos con cuatro en tratamiento, de las 25 plazas", afirmaron las especialistas, que achacan dicho incremento a una mejora en el diagnóstico en la población masculina, "porque se tendía a infradiagnosticar el trastorno de la conducta alimentaria en hombres".

Mª Pilar Vilariño y Belén Unzeta impartieron ayer en el Congreso, que hoy se clausura en el Centro Socio Sanitario Nuestra Señora del Pino, la conferencia titulada Intervención familiar como motor de cambio en los TCA, donde destacaron la importancia de la implicación familiar en el proceso de tratamiento de cara a incrementar el buen pronóstico del paciente.

"Consideramos que el trabajo con la familia es una parte importantísima del proceso de tratamiento, representaría casi el 50% de mejora. Cuando trabajamos en colaboración con la familia es mucho más fácil que los pacientes tengan un mejor pronóstico, sobre todo en pacientes muy difíciles o resistentes, o gente que han tenido retornos en la unidad, contar con la familia juega un papel importante".

El nivel de implicación familiar está aumentando de forma progresiva en los últimos años, según avanzaron las expertas. En las unidades específicas le dan un mayor protagonismo en el abordaje de los trastornos de la conducta alimentaria. "En base a la experiencia clínica vemos que aquellos pacientes que hemos contado con menos colaboración de la familia son aquellos que más tórpida evolución presentan".

No obstante, ambas especialistas insisten en transmitir el mensaje de que los padres no pueden curar a los hijos, pero pueden brindarle un clima emocional de apoyo que favorezca que los pacientes decidan salir adelante.

"Inicialmente es más complicado porque se sienten muy culpables pero es verdad que con el paso del tiempo los familiares cada vez se van involucrando más y ellos mismos se sienten una parte activa, aparte de que las intervenciones que nosotros hacemos a ellos también les sirve porque es una forma de canalizar toda la angustia que tienen y desde ahí nosotros estamos dándole un apoyo a ellos, independientemente incluso de los propios pacientes".

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