"El cambio de conducta de la paciente con trastorno de la conducta alimentaria viene dado cuando se de la oportunidad de ser feliz y de vivir bien. No es tan importante hacer las cosas bien para sentirse bien, sino empezar a sentirse bien para luego poder hacer las cosas bien, es un poco a la inversa".

Así lo afirmó ayer el psiquiatra Luis Beato Fernández, jefe de Sección de la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital General de Ciudad Real, que ayer habló del Proceso emocional de cambio en los TCA en el I Congreso Regional de los TCA celebrado desde el pasado día 15 en Las Palmas.

Para Beato la clave del cambio está cuando la paciente cambie su relación con la conducta, "cuando en un momento dado, piense que no quiere vivir toda su vida con la enfermedad, que no quiere que esa conducta siga siendo parte de su vida. Cuando uno está muy metido en la enfermedad piensa que eso le da identidad, que eso le protege o le hace sentirse bien y en un momento determinado tiene que empezar a relacionarse con esa conductas como algo perjudicial, negativo, algo que le está trayendo más problemas que beneficios".

El especialista apuntó que el origen del trastorno alimentario tiene un denominador común, que es la baja autoestima, además de que se trata de un estilo de relación con la persona que tiene la misión de alimentarlo o cuidarlo. "El trastorno alimentario puede ser una forma de relacionarte con el entorno o de manejar los sentimiento de fracaso o baja autoestima, lo que pasa es que son formas que en un momento te puede hacer sentir bien, pero a la larga acaba haciéndole prisionero de ese tipo de conducta. Lo importante sería que pudiera hablar de lo que le ocurre con alguien, que pudiera explicar de qué le está salvando el trastorno alimentario".