La caída de parte de una pared de la calle Álamo, en el barrio capitalino del Risco San Nicolás, fue un suceso que motivó un gran malestar, así como sorpresa, para los vecinos. El desprendimiento de decenas de piedras y de tierra ocurrió sobre las cinco de la tarde en la calle. No hubo que lamentar daños personales. Quedó un gran agujero que motivó la prohibición del paso de peatones, y cómo no, de vehículos. Esta vía llevaba más de un año cerrada para la circulación del tráfico, por el estado en el que se encontraba, y sólo transitaban por ella vecinos.

El derrumbe se produjo como consecuencia de las lluvias que se registraron en la capital. Unas recientes obras de alcantarillado realizadas cerca del lugar del siniestro pudieron afectar al muro de contención en la calle Álamo, a lo que hubo que añadir la entrada de agua en gran cantidad y que todo provocase su caída, como indicaron vecinos de la zona. Los Bomberos Municipales acudieron de inmediato en el lugar, al igual que lo hicieron agentes de la Policía Local. Los bomberos tomaron medidas para no permitir el paso por dicha calle, así como para los respectivos informes. Varios vecinos y curiosos se acercaron al ver a los bomberos y policías en el lugar. Los efectivos de bomberos dejaron señalado el incidente al tener que abandonar el lugar para realizar otro servicio por la tromba de agua caída en la ciudad.

Antes, varios de estos vecinos que se encontraban en la calle, y que prefirieron conservar el anonimato, aprovecharon la ocasión para reclamar "mayores atenciones" y "más medidas urgentes" para San Nicolás, en todo lo relacionado "con las carreteras y necesidades urbanas, como también en asuntos sociales". "No es Triana, pero también debe ser tratado como un barrio más y de Primera de la capital grancanaria. No debe ser abandonado", agregaron.

Este desprendimiento de piedras y tierras en el barrio de San Nicolás, no fue el único durante el día de ayer. Por eso, los bomberos municipales, así como el personal municipal de Limpieza y Parque de Jardines, entre otros, estaban en una alerta constante.

Las piedras también cayeron sobre la calzada de la carretera Vieja de El Cardón, lo que obligó el cierre de la circulación. Los operarios tenían previsto trabajar durante toda la noche para intentar abrirla cuánto antes. A estas incidencias se sumaron numerosas caída de cascotes y tierras sobre la calzadas en barrios de Ciudad Alta, como también semáforos apagados en varias vías, y un apagón de electricidad en gran parte de Escaleritas.

Las piedras, aunque fueran de pequeño tamaño, también se desprendieron en la calle Habana, la que une La Minilla con Mesa y López, y que es una de las empleadas por numerosos vecinos y transportistas para circular de la parte alta a la baja de la ciudad.

Por otro lado, hace menos de dos años, exactamente en noviembre de 2013, otro muro se vino abajo en San Nicolás. Este incidente ocurrió cuando una excavadora realizaba unos trabajos en una zona cercana. El inmueble se encontraba deshabitado, por lo que sólo se produjeron daños materiales.

Este derrumbe tuvo lugar en la calle Domingo Guerra del Río, cerca de la avenida Primero de Mayo. La maquinaria, contratada por la compañía Emalsa, realizaba en ese momento un agujero para proceder a reparar una tubería. Los movimientos de tierra de los trabajos provocaron que una pared de la vivienda, construida con piedra y barro, se desplomara y dejara un boquete de dos metros de alto, según había informado el Ayuntamiento capitalino en un comunicado.