La Cuesta de Silva y Tinoca se llevaron la peor parte de la tromba de agua que cayó sobre el norte de Gran Canaria a partir de las 19.00 horas de ayer y miles de personas vivieron momentos de angustia y miedo por la caída de grandes rocas sobre la calzada. La autovía GC-2, desde Agaete hasta la entrada de la capital, estuvo colapsada durante casi cuatro horas por los derrumbes en el barranco de Silva, las inundaciones en el barrio de El Altillo y por una riada en Tinoca que alcanzó a una guagua y a varios vehículos. El cierre de los túneles de Julio Luengo acabó de complicar la situación.

El gran atasco en la carretera del Norte, del que no existen precedentes, dejó atrapados a miles de vehículos hasta bien entrada la madrugada, pues la circulación sólo se pudo reanudar, con un solo carril hacia la capital, pasadas las 22.30 horas.

A la caída de la tarde, coincidiendo con la salida de los trabajos, una intensa lluvia barrió toda la costa del Norte y, en pocos minutos, creó el colapso de tráfico. En un extremo se inundaron los túneles de Julio Luengo y en el otro se bloquearon los viaductos de la Cuesta de Silva. Allí, los desprendimientos de grandes piedras sorprendieron a los conductores que circulaban en dirección a Las Palmas.

Los primeros vehículos sortearon como pudieron las piedras que caían a la salida del túnel, pero llegó un momento en el que los propios conductores pararon la circulación ante el tamaño de las rocas. Un coche fúnebre fue uno de los primeros afectados. El atasco se fue incrementando a medida que pasaban las horas, primero hasta Albercón de la Virgen, luego a Santa María de Guía, Gáldar, cruce de Hoya Pineda y, finalmente, con la llegada del ferry, hasta el mismo puerto de Agaete, según explicó el consejero de Obras Públicas del Cabildo, Ángel Víctor Torres.

Pero lo peor estaba por llegar. Primero, un muro cedió en El Altillo e inutilizó el carril de la carretera, y después, en Tinoca, una riada de tierra y piedras arrastró consigo a una guagua y varios coches, cortando completamente el tráfico en ambos sentidos.

La maquinaria de limpieza de carreteras tardó más de una hora en llegar hasta la guagua que bloqueaba la vía, precisó Torres, por lo que no se pudo despejar un carril hasta las 22.30 horas. A esa hora, miles de vehículos seguían atrapados en los más de veinte kilómetros hasta Agaete.

La mayoría de los afectados estuvieron más de dos horas en el mismo sitio, con el motor parado y el miedo a nuevos desprendimientos, pues la lluvia continuó hasta bien entrada la noche. Una vez abierto un carril de Tinoca, la Guardia Civil dividió el trafico entre la GC-2 hacia los túneles de Julio Luengo y la subida a Los Giles, para enlazar luego con la circunvalación. Eso no impidió que centenares de personas siguieran retenidas hasta pasada la medianoche. El Cabildo prevé que las retenciones se repitan hoy por el cierre de un carril en la Cuesta de Silva.