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Música Sociedad Filarmónica

Dos aspectos de la música

Otro conjunto de cámara, la Kamerata Stradivarius, nos reservó la Sociedad Filarmónica para su segundo programa de esta temporada y fue otro gran éxito de público que gozó con la gran calidad de sus componentes, sobre todo de su concertino y director artístico, Razvan Stoica, que domina todas las dificultades que pueden darse en una pieza violinística y al mismo tiempo deleitarnos con una cantabilidad muy expresiva como nos demostró en el segundo Movimiento del precioso Concierto en re menor para violín y cuerdas, de Mendelssohn, en el que solista y conjunto nos dieron un dúo de amor al que sólo faltaba la palabra . Magnífica continuidad tuvo el programa con el exquisito Après un rève, de Fauré, compositor al que nos gustaría ver incluido con más frecuencia en nuestros programas. El Capricho nº 24, de Paganini, tan usado por otros compositores, cerró la primera parte.

Sabor argentino inició la segunda parte con Invierno Porteño, de Piazzolla, en el que la pianista Andrea Stoica nos deleitó con una pulsación clara, rítmica muy adecuada a la composición y muy celebrada por el público.

Y ya podemos decir que el virtuosismo se convirtió en el gran protagonista de la velada con obras de Kreisler, Paganini y Bazzini, luciéndose el director con pizzicatti, sobre el diapasón, dobles cuerdas y todas las dificultades que ustedes quieran imaginar, magníficamente interpretadas, y que ante las ovaciones del público arrancaron dos propinas. En resumen, concierto refrescante, que también es música.

Una sorpresa muy agradable fue la actuación del dúo Raquel Andueza, cantante, y Jesús Fernández Baena, tiorba, en un corto recital de canciones del Siglo XVII, que nos sorprendieron por su modernidad, ya que su libertad formal era absoluta, adecuándose la música a los textos sin ninguna sujeción a forma musical alguna como pudiera ser la forma Lied, o al canto estrófico. Si a eso añadimos que cada una de las canciones fue presentada por la cantante con una mezcla espléndida de erudición y simpatía ya está resumido el comentario a este magnífico concierto, primero de los cuatro que bajo el título Musica antiqua van a continuar ofrecidos por la Sociedad Filarmónica.

Me sería muy difícil detallar cada una de las doce canciones programadas, pues en todas ellas destacó la gran calidad de la cantante, con una dicción perfecta, voz igual en todos los registros, y una interpretación maravillosa, unas veces graciosa; otras, dramática; otras, soñadora; otras, en fin como, exigían los textos. Jesús Fdez. Baena nos mostró un gran dominio de la tiorba, completando un dúo ideal aclamadísimo por el poco público asistente, que recibió como premio dos canciones en español, una con texto de Quevedo y música de Álvaro Torrente.

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