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El temporal evidencia las lagunas políticas en el sistema de emergencias

Las tres administraciones admiten que la información de alertas es confusa, pero niegan descoordinación

Fernando Clavijo sigue las incidencias desde el centro del Cecoes, ayer. LP / DLP

Los fenómenos meteorológicos que afectan estos días al Archipiélago canario han vuelto a evidenciar las lagunas que existen en los sistemas de emergencia del Gobierno de Canarias, los cabildos, los ayuntamientos y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), con nuevos ejemplos de descoordinación a la hora de valorar los riesgos, anunciar las alertas o decretar la suspensión de las clases.

El martes, durante el colapso de la carretera del Norte, y especialmente el jueves, tras la tromba de agua sobre los municipios de Las Palmas de Gran Canaria y Telde, se vivieron los momentos de mayor confusión: los meteorólogos cambiaron sus avisos al mismo tiempo que se producían las lluvias; los ayuntamientos pusieron en marcha sus operativos sin esperar por los demás; el Cabildo de Gran Canaria actuó a remolque en función de su propio plan de emergencias; y el Gobierno regional se sumó cuando ya se habían registrado los peores desastres.

El hecho de que los niveles de alerta no coincidan, o que se comuniquen a diferentes horas, ha desconcertado a la población, con críticas por los atascos de tráfico o por el cierre de colegios en lugares donde ni siquiera ha llovido. Las tres administraciones reconocen que la sensación en la calle es de caos y fallos en la comunicación, pero niegan que haya existido descoordinación o discrepancias de índole político durante las peores horas de la borrasca.

"Yo no diría que hay descoordinación, sino una situación excepcional y en esos caso todo se trastoca; en estos días se han trastocado algunas cosas", admitió Encarna Galván, concejala de Presidencia y Seguridad de Las Palmas de Gran Canaria, quien explicó que los fenómenos meteorológicos que han afectado a la capital en los últimos días han obligado a modificar los comportamientos habituales.

Protocolos

Encarna Galván declaró que "cuando hay previsión de que algo puede pasar, se activan los protocolos de seguridad y todas las administraciones siguen una secuencia, donde el Gobierno de Canarias va marcando la pauta y les va diciendo a los demás lo que tienen que hacer". Sin embargo, en estos días se han saltado los protocolos porque la situación lo requería.

"Aquí lo que falló fue la previsión meteorológica, hubo una situación excepcional en que no se pudo anticipar en varios días lo que iba a suceder, como ocurre habitualmente", comentó la máxima responsable de seguridad del Ayuntamiento capitalino.

Tras apuntar que los meteorólogos sabrán explicar mejor lo que ha ocurrido en las últimas horas, Galván justificó su actuación ante la tromba de agua que anegó parte de la ciudad el jueves por la mañana: "Ante la situación en la que estábamos, no pude esperar a que el Gobierno de Canarias decretara la alerta para activar el Plan de Emergencia Municipal a nivel de alerta. Esa mañana, mi primera misión fue poner en marcha todos los servicios porque había que garantizar la seguridad de las personas, porque eso es lo fundamental".

"Es cierto que posteriormente lo hizo el Gobierno -añadió Galván-, pero yo no entiendo que haya sido una descoordinación, sino que aquí estábamos sufriendo esa situación en directo y activamos los servicios. Ya el jueves por la tarde hicimos una valoración de lo que había sucedido el jueves por la mañana y nos adelantamos a comunicar la suspensión de los colegios el viernes".

En esa decisión se tuvo en cuenta la previsión de Aemet, que indicaba para el viernes , que indicaba "bastante inestabilidad" y también se valoró "el caos" en que se vio sumida la ciudad la mañana del jueves por la mañana, con "toda la gente en la calle en hora punta, retenciones de tráfico y el derrumbe en el Colegio Europa". Galván recordó que el Ayuntamiento es competente para suspender la jornada escolar en el municipio, pero no obstante habló con el viceconsejero de Educación, Juan Manuel Santana, para confirmar ese extremo y solicitar su ayuda, para que fuera el Gobierno canario el que comunicara a los centros educativos que se suspendían las clases ayer viernes.

"Hubo coordinación, pero por la situación particular de Las Palmas de Gran Canaria se tomaron las decisiones de autoprotección de manera anticipada porque no nos podíamos arriesgar a que el viernes se repitiera la situación del jueves", sostuvo Galván, quien subrayó que lo mismo ocurrió el martes en los túneles de Julio Luengo. "La Policía Local actuó en función de las inundaciones que estaba viendo, pero hubo comunicación con el Gobierno y el Cabildo porque los responsables de emergencias hablan muchas veces al día, pero esta vez hubo fenómenos meteorológicos imprevisibles", insistió.

Federico Grillo, director técnico del Plan Insular de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria y responsable del Cecopin, coincidió con Galván en que no ha sido una problema de descoordinación, sino es una situación "muy compleja" porque a veces fallan las predicciones meteorológicas. "Son fenómenos extraños, que no se puede prever con tiempo, es lo que la Aemet denomina fenómeno visto o fenómeno observado, pues se repente sube la nube y como no hay viento que la mueva descarga todo el agua en la misma zona".

El Cabildo, recordó Grillo, tiene activado su Plan de Emergencias desde el martes 13 de octubre, hace ya diez días, primero por viento y luego por lluvia. A las 22.00 horas de este martes 20 de octubre, ante la tromba de agua sobre el aeropuerto, la capital y la carretera del Norte, se decretó la alerta máxima, que seguirá activada hasta hoy o mañana, cuando se espera que acabe la borrasca.

"En la calle puede haber confusión sobre los avisos y las alertas, pero todo está regulado y en este caso se ha actuado correctamente", señaló Grillo, quien recalcó que una vez que se tienen las predicciones de lluvia de la Aemet hay que hacer una valoración en cada Isla e incluso en cada municipio. "Por ejemplo", ilustró, "no es lo mismo que caigan 200 litros en Breña Alta en La Palma, donde no pasa casi nada, a que lluevan 30 litros en la ciudad de Las Palmas, donde se puede formar un caos".

"A la hora de declarar las alertas o las prealertas se puede dar la sensación de que existe cierta descoordinación, pero hay que tener en cuenta que la Aemet da un aviso con unas cantidades de agua y eso luego hay que traducirlo al territorio, por lo que cada uno se organiza en función de sus infraestructuras y capacidad de drenaje", puntualizó el responsable del Cecopin.

Humberto Gutiérrez, jefe del Servicio de Protección Civil y Emergencias del Gobierno de Canarias, también reconoció que se puede mejorar la comunicación de las alertas, pero explicó que el Ejecutivo regional no ha tenido que intervenir porque ha comprobado que los servicios municipales y el Cabildo estaban resolviendo las incidencias. El Gobierno colabora a través del 112 y está alerta por si se necesario intervenir, lo que solo ocurre cuando lo solicita el Cabildo correspondiente o hay varias islas afectadas.

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