La Provincia - Diario de Las Palmas

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Una actriz que crece 'Como la espuma'

La canaria Sara Sálamo, de 23 años, ha conseguido encauzar su carrera con éxito tras un lustro abriéndose paso en Madrid

Sara Sálamo junto a Diego Martínez, en 'Como la espuma'. CARLOS GUTIÉRREZ

La tinerfeña Sara Sálamo es, a sus 23 años, el espejo en que se miran muchas jóvenes aspirantes a actriz. Por ejemplo, la grancanaria Norma Guada, 15 años, que la ha seguido en su papel de la pija adolescente Cayetana en la serie de Telecinco B&b, actualmente en emisión; en su función de teatro Lo que vio el mayordomo, que sigue en cartel; y en sus episódicos en series como Aída, Águila roja y Con el culo al aire. Tanto la admira y conoce Norma que hay preguntas de esta entrevista que son de ella. Sara Sálamo (Santa Cruz de Tenerife, 1992), de rostro anguloso, labios carnosos, ojos penetrantes y negros como cabezas de alfiler, es, además, actriz principal en Como la espuma, el nuevo largometraje del lanzaroteño Roberto Pérez Toledo, que se rodó durante tres semanas entre agosto y septiembre pasado en Madrid.

Preguntado por ella, el director conejero la describe como "muy inteligente, intuitiva y fácil, un soplo de buen rollo en el rodaje. La película es coral, pero Sara tiene una de las tramas más presentes, empieza y acaba con ella". De Como la espuma Sálamo recuerda que "después de pasar un verano de calor tremendo, heló en Madrid justo el día en que debía filmar mi escena en la piscina. A las ocho de la mañana teníamos que estar dentro, filmando también bajo el agua. El momento me recordó a otro rodaje, el de la película producida por Santiago Segura Tres60 (Alejandro Ezcurdia, 2013). Ahí estábamos dentro de una tienda de campaña en un bosque de Navarra, en una jornada de madrugada a menos tres grados de temperatura, todo el equipo con plumas y abrigos y mi personaje desnudándose. Los labios se me pusieron morados, me traían calditos, lo pasé realmente mal. Cuando notas que el cuerpo deja de resistir solo piensas en hacer lo que tienes que hacer y que el resultado quede bien".

En Como la espuma Sálamo interpreta a Elisa, un registro nuevo para ella: "Mis personajes siempre han sido chicas con mucho carácter. En cambio, Elisa es muy tímida, se ha criado en un convento de monjas y en la película va a una orgía a demostrarse que es una auténtica loba del sexo, cosa que no es. Hay ciertas palabras que Elisa no pronuncia, y cosas que no hace. Será muy divertido encontrar un personaje como ella en un ambiente así". Sara Sálamo había trabajado con Pérez Toledo en el cortometraje Eurofan (2014), otra incursión del lanzaroteño en uno de sus temas favoritos, la identidad sexual. "Soy fan incondicional de Woody Allen, también me gustan mucho Tim Burton y Quentin Tarantino. A Roberto lo conocí primero como espectadora. Me gusta el cine de autor, sobre todo las películas de personajes, de sentimientos, que es lo que él hace con maestría. Además, Roberto es un director que tiene muy claro lo que quiere y te lo hace saber, eso hace que sea muy fácil trabajar. Como canarios tenemos también muchas cosas en común, la forma de ser, el sentido del humor, nos entendemos de maravilla".

Sara Sálamo es del barrio de Salamanca de Santa Cruz de Tenerife, precisamente donde se ubicaban los multicines Price de la capital, el lugar donde sus padres debían de llevarla a ver ese cine indie que sigue prefiriendo. Su madre, Alexia Sálamo, es un pilar básico en su vida, "no doy un paso sin consultárselo, ni en profesional, ni en lo personal". Su padre es el empresario y escritor Francisco Concepción. Sálamo sitúa el inicio de su vocación a los siete años, cuando su padre le encargó doblar unas voces en un cortometraje que había dirigido. "Desde que tuve catorce años hice cosas de moda. Y me gustaba, pero tenía la sensación de que me faltaba algo. Y, sí, a los siete mi padre me propuso doblar la voz de la chica en un corto que había dirigido. Ahí descubrí que los actores interpretaban, me llamó mucho la atención y empecé a intentar entender ese proceso. A los 17 años sabía que quería ser actriz y tenía muy claro que me quería venir a Madrid, a jugármelo todo como en un All-in del póquer. Aquí sigo, persiguiendo ese sueño". Sara se declara "la mayor fan de su padre", que acaba de publicar con Ana Joyanes la novela El caso de la Pensión Padrón, sobre el caso real de un cadáver que apareció debajo de unos colchones en una pensión maloliente de Santa Cruz. "El thriller es una maravilla, lo recomiendo sin parar".

La aspirante a actriz Norma quiere saber cómo fue su primera experiencia teatral en Lo que vio el mayordomo, con la que sigue subiéndose a las tablas. "El primer día pensé que me desmayaba. Había hecho microteatro, un formato en el que tienes al público muy cerca, pero es otra cosa. Debutar con la compañía de Tomas Gayo fue una impresión. Pensaba que no sería capaz, que olvidaría el texto, pero en cuanto salí me vine arriba, tenía cada vez más ganas de hacerlo mejor. La obra es una comedia y, cuando ves que la gente se ríe, te sientes como un pavo real, eso no se paga con nada, sobre el escenario se te quitan todos los males". Le pregunto si se siente más actriz de teatro, cine o televisión. "Soy actriz, como es panadero quien hace pan, independientemente de si es blanco, negro o con cereales. Lo que me gusta es encarnar personajes, que la gente se identifique y disfrute con lo que está viendo. Cine, teatro y televisión, todo tiene su magia y yo disfruto combinándolo".

Oficio difícil

A Sara Sálamo le ha tocado abrirse paso en un oficio difícil en los peores cinco años de crisis de España de las últimas décadas. Norma le pregunta por su primera oportunidad. Sara cuenta que estuvo tocando puertas sin éxito para que la representara alguien. "Nadie quiere a alguien sin experiencia. Fue la agencia Delphoss la que creyó en mí. A la semana hice mi primer casting para la serie Toledo, allí empecé. Hasta entonces solamente había tomado clases con Alicia Hermida y hecho algo de teatro en el colegio en Tenerife. Casi todo el mundo empieza por cortos y después hace episódicos de televisión, pero en mi caso ha sido al revés. Mi primer cortometraje llegó después de haber terminado la primera temporada de la serie B&b. Tras algunos episódicos en Águila roja y Con el culo al aire ingresé en Arrayán, serie andaluza que fue mi gran máster. Se emitía a diario, había que ser muy resolutivo. Estuve grabando cuatro meses en Málaga".

Sara Sálamo no solo ha logrado asomar la cabeza. Su papel como Cayetana en la serie de máxima audiencia de Telecinco B&b, en la que comparte créditos con Belén Rueda, Dani Rovira, Luisa Martín y Gonzalo de Castro, entre otros, le da dado una notoriedad que le abre nuevas puertas.

"En B&b he trabajado con gente grande y muy amable. Yo intento ser como una esponja y aprender lo máximo de ellos. La directora y productora Begoña Álvarez me hizo sentir cosas que nunca había sentido en la primera temporada. Saqué cosas para mí personaje de las que hasta entonces no me sentía capaz. Como espectadora también me gusta la serie B&b, estoy disfrutando mucho de la segunda temporada." Le pregunto por la evolución de su personaje, Cayetana. "Cambia en esta segunda temporada, y curiosamente, lo voy notando en la gente de la calle, antes me paraba y solía hablarme de lo antipática que les resultaba y ahora en cambio me ven con más cariño. Caye será menos mala que hasta ahora, y más madura. Empiezas a ahondar en ella y te das cuenta de que es posible que la actitud normal frente al mundo de una chica que lo único que ha tenido es dinero sea ser mala y malcriada".

Tras B&b, Sálamo ha actuado en la serie de televisión de La 1 de TVE Olmos y Robles, también en antena actualmente. "Siento que mi carrera va hoy como la espuma. Siempre he creído que las personas que tienen constancia y un sueño pueden conseguir lo que deseen. Me muevo por ese motor". Respecto al mundo de la cultura en el que se desenvuelve, la actriz opina que "cuando te ponen las cosas difíciles está la posibilidad de aumentar tu capacidad de defensa y lucha. A la cultura nos han puesto todas las pegas del mundo, así que en el momento en que nos den un poquito de facilidades, va a ser una maravilla".

Como actriz, Sara Sálamo ha demostrado capacidad de hacer frente a registros muy complejos, ha superado con nota retos que harían doblar las piernas a más de uno y su fotogenia atrapa la cámara. A pesar de eso es consciente de lo complicado de su profesión: "Es un mundo totalmente inestable, no hablo de mí sino de actores de muchísimo prestigio que pasan años sin trabajar. La frase "por amor al arte" es real. Tienes que amarlo para que en los momentos malos puedas seguir adelante sin tirar la toalla. A la gente que quiere empezar mi consejo es que sean constantes y arriesguen. Y que sepan que habrá muchos momentos duros. ¡Ah! Y el trabajo nunca te va a llamar a casa, además de formarte, tener talento y suerte, hay que moverse y perseguirlo".

La voz de la canaria suena alta, clara y resuelta al otro lado de la línea. Y ya con acento peninsular. Para finalizar le pregunto la razón íntima por la que eligió ser actriz. "He tenido tantas inquietudes, soy una persona tan curiosa, que me gusta saber de tantas cosas, que quizás por esto es por lo que soy actriz. Aunque lo hagas superficialmente, sea un poco de mentira, siendo actriz puedes ser muchos oficios, muchas personas distintas, experimentando todo tipo de sentimientos. Y la adrenalina que sientes cuando subes a un escenario o te pones delante de una cámara, cuando ves que el pública olvida sus problemas gracias a tu trabajo, eso te hace sentirte muy llena, es cuando sabes que merece la pena".

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