La Semana de la Moda de China inició ayer su decimoctava edición con un desfile de la firma Ne Tiger que, de la mano del diseñador Zhang Zhifeng, que apostó por el estilo tradicional para la temporada primavera-verano. Como viene siendo habitual en los últimos años, Zhang inauguró esta pasarela que se celebra en el emblemático Hotel Pekín, y exhibió una propuesta de corte clásico.

Zhang ideó unos diseños muy coloridos: abrió con llamativos amarillos, siguió con una amplia gama de azules y cerró con una no menos diversa paleta de rojos, algún negro y blanco intercalados, todos ellos salpicados de flores, muchas flores.

La floral ornamentación era patrimonio casi exclusivo de los diseños femeninos, exhuberantes y barrocos, en contraste con la sobriedad masculina. Aunque se vio alguna minifalda, el modisto chino dejó clara su preferencia por las faldas largas y ajustadas, mientras que se debatió entre mangas largas, cortas y trajes desmangados.Todo eran, en cualquier caso, variaciones sobre dos mismos temas de sobra conocidos: el "qipao" para ellas y los trajes Mao para ellos.

La conservación de las raíces se ha convertido en una cuestión innegociable para Zhang, uno de los modistos favoritos del público de su país, que ya se inspiró en las antiguas dinastías imperiales en sus últimos desfiles en Pekín. Junto a la del creador de Ne Tiger, la Semana de la Moda de China ofrecerá hasta el 2 de noviembre otras propuestas para la próxima temporada, entre ellas se esperan con especial interés las de Wang Yutao, Yang Ziming, Liu Wei o Xie Feng.