Someterse a una exploración radiológica supone una experiencia de enorme tensión y preocupación. Por eso, los responsables de la nueva instalación han buscado generar un ambiente algo más acogedor con el que ayudar al paciente en este trance. El artista Cristóbal Guerra ha donado dos obras con las que pretende humanizar el espacio habilitado en el quinto búnker del Negrín. Su inspiración se basa en su propia experiencia como familiar de paciente, tras horas acompañando a su padre. "El tiempo de espera en una situación tan compleja hace que uno se plantee las prioridades de la vida", aseguró este pintor con 40 años de trayectoria. "He intentado ofrecer un jardín, con el título El Jardín de la Alquimia, para que el paciente encuentre un vínculo y una referencia a elementos vivos", explicó, para resumir después su creación en el deseo de añadir "buena energía" a este espacio. La obra principal cubre la pared frontal del búnker y una segunda se instalará en la entrada a este espacio. En el año 2006, Pepe Dámaso donó la serie Flores, que se expone en el pasillo del Servicio de Oncología. Fernando Bethencourt
