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Salud XIII Jornadas Autonómicas sobre Cáncer de Mama y Ginecológico

El 61% de las personas que superan un cáncer vive con el miedo a recaer

El Grupo Español de Pacientes Oncológicos presenta los resultados de un estudio sobre las secuelas físicas, psicológicas y sociales que deja tras de sí la enfermedad

El 61% de las personas que superan un cáncer vive con el miedo a recaer

El 61% de los pacientes oncológicos vive con miedo a recaer tras superar el cáncer, un impacto emocional que crea ansiedad y que junto a secuelas físicas como el cansancio, la pérdida de memoria o de sensibilidad, y sociales como la discriminación en el trabajo, revelan el duro panorama que deja tras de sí la enfermedad.

Así lo afirmó ayer Begoña Barragán García, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac) en las XIII Jornadas Autonómicas sobre Cáncer de Mama y Ginecológico organizadas por la Asociación Canaria de Cáncer de Mama y Ginecológico (Accm), en colaboración con Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), el Instituto Canario de Investigación del Cáncer (Icic) y el Grupo Hospitalario San Roque.

Todo empieza cuando ¿termina? el cáncer, lema de las jornadas que finalizaron ayer, también fue el título de la conferencia impartida por Barragán, en la que presentó los resultados del estudio desarrollado por Gepac sobre las secuelas físicas, psicológicas y sociales de las personas que superan un cáncer. "Antiguamente los pacientes de cáncer morían en muy poco tiempo pero ahora afortunadamente y sobre todo en cáncer de mama, la supervivencia es muy alta y hay que enfrentarse a una vuelta a la normalidad después de determinados tratamientos, pero no siempre es fácil y el sistema sanitario no está preparado". En este contexto surge el estudio sobre las secuelas del cáncer "para considerar a la persona y no al enfermo y tener unas pautas para mejorar su calidad de vida".

A nivel físico, el estudio realizado ente más de dos mil pacientes revela que una de las secuelas más importantes, que sufre el 64% de los mismos, es el cansancio y la falta de energía; seguida de problemas con las relaciones sexuales, pérdidas de memoria derivadas de los tratamientos o de sensibilidad y, en menor medida, problemas para dormir en menor medida, o de infertilidad cuando se trata de personas jóvenes. "Son secuelas físicas que hay que atender. Pero además hay otros aspectos como el impacto emocional del cáncer en las personas, y ahí vimos que el 61% de los pacientes tienen miedo a recaer, y eso causa ansiedad y depresión, hay mucha preocupación por la muerte", indicó Barragán.

También se valoró el impacto laboral de la enfermedad, revelando que el 30% de los pacientes se había sentido discriminado en el trabajo.

"Algunos de los participantes en el estudio habían sido despedidos y otros habían tenido problema para promocionar dentro de la empresa tras el cáncer. Pero esto no sólo afecta a los pacientes, también a las familias que al convertirse en el cuidador, la empresa entiende que no se puede compaginar esa tarea con un ascenso y se lo dan a otro".

En general, seis de cada diez participantes en el estudio admitieron que no han tenido ninguna atención a sus problemas físico, emocionales y sociales tras los tratamientos. "La buena noticia es que ya no nos morimos, pero ahora hay que dar solución a todas las necesidades que surgen tras el cáncer para volver a una vida lo más normal posible. Hay que pedir a las administraciones que hagan un plan de seguimiento a través de una figura profesional que evalúe a cada paciente y sepa dirigirlo a los servicios correspondientes, según sean sus necesidades, que les guíe hacia la normalidad", subrayó Barragán.

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