El éxito profesional a la hora de montar una empresa parte actualmente del intercambio de conocimientos entre las personas. Por este motivo, la Fundación Telefónica ha celebrado el decimocuarto Tour Pop Up Emprendedores, del programa Think Big, que se imparte con éxito en las universidades españolas, y donde los estudiantes intercambian sus propuestas.

Este encuentro, que aterrizó el pasado miércoles en Gran Canaria donde, se instaló con mucho éxito en el edificio de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria durante dos días consecutivos y donde 1.200 alumnos, de entre 15 y 28 años de edad, aprendieron todo lo necesario sobre liderazgo, comunicación y prototipado digital de proyectos.

El objetivo era hacer un acercamiento, por parte de los alumnos, a diferentes metodologías para desarrollar una idea de negocio o un proyecto. El programa plantea un problema y ayuda a definirlo mejor, analizando las causas y las consecuencias y buscando una solución creativa. Pero el encuentro no solo incentiva la emprenduría, sino que logra que se pierda el miedo a empezar con un negocio.

Metodologías

José Alberto Hernández Merina, 28 años, que estudia cuarto de Ingeniería en diseño industrial y desarrollo de productos, señala que "me ha encantado, ya conocía algunas metodologías y es una idea genial poder acercar a los alumnos estos conocimientos que no se dan en el aula y que son más del mundo real ya que permite tomar la iniciativa a la hora de afrontar un proyecto de emprenduría", dijo. El joven reconoce que " aunque ya conocía alguna metodología, esto me da otra perspectiva sobre como comenzar una empresa con pocos recursos en muy poco tiempo. Está enfocado a un problema para encontrar una solución que pueda terminar en una startup. Es muy rápido, pero si en dos horas podemos abordar estos problemas, con un poco más de tiempo se pueden hacer grandes cosas", añade.

En Tour Pop Up Emprendedores los participantes trabajaban dos horas seguidas con cinco etapas de forma colectiva. El tour comienza por el Reset de ideas donde los alumnos tienen que dejar la mente en blanco y hacer un listado de cosas que le preocupan o taponan su propia creatividad. Fernando Bautista Serrano, 26 años, que también estudia Ingeniería en diseño industrial y desarrollo de productos, destaca esta parte "porque te ayuda a determinar un problema de una manera genérica". Al estudiante, el programa le "pareció un poco corto, aunque te aclara los conocimientos que tenías de otros cursos y me ha ayudado a asentar la ideas", añadió.

Luego llega La inspiración y la estimulación creativa. Se trata de un apartado en el que las facultades individuales son el motor principal de las actividades. Por ejemplo, si hay estudiantes malos en matemáticas, pero muy buenos en comunicación, se subraya este segundo aspecto y se pone en contraste con el primero. En este apartado también participan expertos que ponen a los alumnos en diferentes situaciones para que vayan pensando cuáles serían las ideas de proyectos que podrían resolver.

El tercero es de Coworking con el fin de definir las ideas de forma colaborativa. Aquí el estudiante tiene que definir al usuario al que va dirigido su idea, el valor añadido que supone y se le obliga a que hagan un guión sobre cómo resolver el problema. La cuarta etapa es la formación en herramientas digitales o productipado digital. Este apartado parte del concepto de que todas las ideas que no se formalicen en un ordenador no tiene mayor interés. El profesor del departamento de Cartografía e ingeniería gráfica, José Pablo Suárez, opina que lo más positivo es que los alumnos "tienen que hacer un trabajo que parte de una idea de proyecto digital y concretarlo. Al entrar en este evento ellos pueden sacar el espíritu emprendedor para generar nuevas realizaciones y saber posicionar el producto en el mercado laboral" La última etapa, Ágora, es un coloquio con emprendedores para compartir experiencias. Aquí cada uno ha aprendido cosas nuevas y lo exponen públicamente en una especie de auditorio venden la solución. Con esta sesiones "se ha conseguido que una persona que entra sin saber qué es la emprenduría acaba llena porque ha visto que puede resolver sus inquietudes", afirma el profesor.