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Arsuaga: "Que el hombre no sea indiferente ante el terrorismo es la razón de su existencia"

"El fanatismo es una cosa muy humana, la única especie fanática que existe es la nuestra", manifiesta el catedrático de Paleontología y director del Museo de la Evolución Humana de Burgos

Juan Luis Arsuaga. GREGORIO TORRES

El animal dentro de nosotros. ¿Por dónde discurre la frontera entre lo racional y la locura? ¿Qué es lo que nos convierte en una especie única?

Si se establece nuestra evolución biológica como línea temporal de referencia, no llevamos mucho tiempo existiendo. Comparado con otras especies, la llegada del hombre se asemeja a un lapso de tiempo ínfimo.

¿La salida de África de los homínidos hace dos millones de años fue nuestro primer viaje?

Sin duda. Pero no fue un viaje. La gente habla de viajes, pero el concepto de viaje es otro. La especie se fue extendiendo. El viaje es algo mucho más moderno. Aquí hablamos de algo biológico. Las especies que tienen éxito se van extendiendo y buscan ampliar su área. Nada más.

¿Cuándo empezamos a viajar entonces por placer?

A ver, el ser humano no hace nada por placer. Si algo te da placer es porque hay una pulsión biológica detrás. Por ejemplo, el sexo, que es algo que se asocia con placer. ¿Acaso necesitas leer a Kant en alemán para llegar a la conclusión de que tienes que practicar el sexo? Siento decepcionar, pero el sexo es algo puramente biológico. Lo mismo pasa con la comida. Eso quiere decir que todo es biológico. Si viajamos, es porque lo necesitamos.

Uno abre el periódico y las páginas informan sobre muerte, ejecuciones y terrorismo. ¿Entiende a esas personas que van al zoo y se plantan delante de la jaula de los monos porque sus antepasados les parecen más racionales y más humanos?

Hombre, también hay amor, pero sale menos. Es normal porque el fanatismo es una cosa muy humana. Los animales no son fanáticos. La única especie fanática que existe es la nuestra.

¿La disformidad del mundo, en su faceta más despreciable, se da porque el ser humano distingue entre los que pertenecen a su grupo y los que no? Europeos, asiáticos, árabes...

Cada grupo tiene su territorio y esto es algo muy viejo. Tan viejo como la humanidad. Todas las especies son territoriales y cada especie explota su dominio y vive de él. Entonces, como la subsistencia depende de los recursos, obviamente, eso produce tensión entre los grupos humanos. De ahí surgen las fronteras que hay que atravesar. Una de las cosas buenas que tiene el viaje es que tienes que pedir permiso para ir a casa de otro.

Entonces, en la confección de los mapas, la cosa va más allá de la mera psicología de pertenencia. ¿Todo el esfuerzo se basa en darle legitimidad a los estados y a las fronteras?

Eso sería establecer ya una teoría política-social y se me escapa. Simplemente, digo que es de buena educación cuando vas a casa de otro. Insisto, me parece bien que se tenga que pedir permiso.

¿La hospitalidad es algo que se aprende, o responde a patrones meramente culturales?

Los seres humanos son muy hospitalarios. Tú pides permiso y la gente te invita a su casa. No tiene nada que ver con la cultura.

Pero vemos cómo la llegada de refugiados levanta temor y psicosis entre algunos.

Porque no es fácil. Mucha gente al mismo tiempo, obviamente, crea problemas. Hay circunstancias más favorables, otras menos. Las relaciones interraciales no son sencillas. No es tanto el temor al extranjero como la preocupación que surge. Es un problema que tenemos que resolver entre todos.

Saturación y digestión rápida de información. ¿El hombre moderno corre el riesgo de la indiferencia ante el terrorismo?

El hombre moderno no es indiferente al terrorismo. Por eso existe. Porque el terrorismo provoca reacciones fuertes. El terrorismo existe porque suscita una reacción. El ser humano no es indiferente. Simplemente se siente más pegado a alguien con quien percibe cercanía.

El terrorismo provoca miedo. ¿Hasta qué punto el miedo influye en nuestro comportamiento?

El miedo es muy sano. Nos matamos entre nosotros, pero por miedo no lo hacemos continuamente. Estoy a favor del miedo.

Aristóteles reservó la inteligencia para el ser humano. Si somos tan talentosos desde nuestro nacimiento, ¿por qué las personas esclavizan a otras e, incluso, les cortan la cabeza?

Por lo que dije anteriormente. Porque el ser humano es fanático. Eso me temo que va en el lote. Tenemos una mente racional, pero, también, una mente mágica, irracional. Nuestra debilidad ante al fanatismo es parte de nuestra naturaleza, contra la que conviene estar educando.

En la Península Ibérica convivieron homo sapiens y neandertales. Parece que no aprendimos nada sobre la convivencia. Cataluña es el último ejemplo del chauvinismo identitario.

En Cataluña convive gente de todas partes. No soy capaz de contestar al problema de Cataluña en una frase. No soy político. Las identidades existen como hecho natural y universal. Se trata de ver cómo se convive con ellas. No existe el mundo sin problemas. La vida es eso, resolver problemas.

¿Cree que tenemos una fecha de caducidad escrita?

Como especie, no lo sé. Depende de nosotros. Somos relativamente jóvenes. Sólo tenemos 200.000 años. Aún quedan tranquilamente otros 200.000 más. Ojo, como especie biológica. También somos una especie cultural y tecnológica, y eso es algo nuevo. Entramos en una dimensión distinta de la que no existen precedentes.

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