El cambio climático puede aumentar la vulnerabilidad del hambre en todo el mundo, según una herramienta de investigación, COP21, presentada en la Cumbre del Clima en París. El mapa de Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria y el Cambio Climático, producido por el programa Mundial de Alimentos (WFP) y el Centro Hadley del Met Office (el servicio nacional de metereología del Reino Unido), ilustra cómo los grandes esfuerzos de adaptación y mitigación previenen los peores impactos del cambio climático sobre el hambre en todo el mundo y ayudan a que las personas sean menos vulnerables a la inseguridad alimentaria. Pero también muestra que si no se consigue dicha adpatación y continúan aumentando los gases de efecto invernadero, la vulnerabilidad de millones de personas ante el hambre y la malnutrición se incrementará.

"Este mapa muestra una dura imagen de cómo los desastres climáticos conducen al hambre. En París debemos decidir entre un mundo futuro en el que acabar con el hambre es posible u otro en donde nosotros y las generaciones futuras continuaremos perdiendo la batalla al responder al azote del hambre", afirmó Ertharin Cousin, directora ejecutiva de WFP. "Si nuestros líderes aciertan en París, acabaremos con el hambre para 2030 y proporcionaremos a las generaciones futuras una oportunidad de disfrutar de seguridad alimentaria sostenible y duradera", añade Cousin.

Cinco años

El mapa, fruto de cinco años de investigación, muestra cómo en la actualidad el cambio climático afecta notabloemente a la seguridad alimentaria de los países menos desarrollados, y mediante sofisticadas proyecciones, señala dónde afectará en el futuro, dependiendo de la acción climática. Los usuarios pueden seleccionar un periodo temporal -el presente, la década de 2050 o la de 2080- y observar la vulnerabilidad al hambre causada por el cambio climático, según los esfuerzos de adaptación y los niveles de emisiones.

Los desastres climáticos afectan a la población vulnerable y que padece hambre de una manera desproporcionada. Destruyen tierras, cultivos y suministros de alimentos, y dificultan que las personas puedan acceder a los mercados y a las redes alimentarias. Incluso un pequeño fenómeno meteorológico puede causar rápidamente una crisis alimentaria en los hogares vulnerables. En África subsahariana, Asia, América Central y Sudamérica están los lugares más vulnerables.