Alrededor de 420.000 personas, un tercio de ellas menores de cinco años, mueren cada año en el planeta a causa de enfermedades transmitidas por alimentos insalubres, según el primer estudio sobre este tema elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El informe, presentado ayer, es el resultado de ocho años de trabajo de más de 150 científicos de todo el mundo que trataron de determinar la repercusión de la ingestión de alimentos insanos en la morbilidad y mortalidad de la población.

De los más de 200 agentes que pueden provocar intoxicaciones alimentarias, la OMS sólo logró estudiar en profundidad los efectos de 31 elementos -entre ellos bacterias, virus, parásitos, toxinas y químicos-, dado que del resto no se cuenta con información suficiente o concluyente a nivel mundial.

"Estamos luchando contra un enemigo invisible", advirtió en la presentación del dossier el director de Salud Alimentaria de la OMS, Kazuaki Miyagishima.

Los resultados revelan que cada año, 600 millones de personas sufren una intoxicación alimentaria, lo que representa casi una de cada diez personas en el mundo. De esas, 420.000 mueren, incluyendo 125.000 menores de cinco años, a pesar de que este grupo de edad sólo representa el 9% de la población mundial.

Los niños menores de cinco años son especialmente sensibles a las enfermedades diarreicas, muy ligadas a la intoxicación alimenticia. De hecho, las enfermedades diarreicas son responsables de que 550 millones de personas enfermen cada año y que de ellas 230.000 mueran. Con respecto a los niños, se calcula que enferman con dolencias diarreicas 220 millones de menores, de los cuales 96.000 mueren anualmente. Son causadas básicamente por norovirus, campylobacterias, salmonella enterica no tifoidea y el patógeno E. coli.

Una contaminación alimenticia puede causar síntomas a corto plazo, pero también originar enfermedades graves a largo plazo como cáncer, fallos renales, dolencias hepáticas y desórdenes neuronales. Los niños que sobreviven a las formas más graves pueden sufrir retraso en su desarrollo físico y mental.