Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿La personalidad del detective es más importante que el crimen?"
Lo es, en las novelas de crímenes que me gustan. Hay muchos autores que solo se preocupan por la trama. En estos casos pierdo interés y dejo de leer.
¿Puede citar a algunos de estos autores?
Es difícil, porque dejo de leerlos en cuanto empiezo.
Parece usted un escritor de novelas policiacas.
No lo había pensado antes, imagino que es un piropo. Hago todo lo que mi editor me pide, estoy feliz por la oportunidad de hablar de mis libros.
Controlaré tus sueños, ya controlan todo lo demás.Controlaré tus sueños,
He retomado la aterradora idea de Sé lo que estás pensando, en que alguien puede leer tu mente y obligarte a obedecerle. No tengo razones para pensar que sea posible ahora mismo, ni para descartar que lo sea en el futuro.
¿Es optimista respecto al futuro?
Tengo una sensación agridulce. Nos dominan dos emociones, el miedo y el amor. El estado de ánimo depende de cuál de ellas prevalezca. En un día soleado, soy optimista, la lluvia estimula mis miedos.
Eduardo Mendoza asegura que el único género superviviente será la novela negra.
No sé si será el único, pero sobrevivirá y prosperará. La novela negra coge nuestros miedos y los mete en una caja controlada, con un detective que gana al final, después de un clarificador proceso racional.
¿Sigue las ventas millonarias de sus libros?
Siempre existe la tentación, sobre todo durante el lanzamiento, pero no hay nada que pueda hacer al respecto. Por tanto, prefiero trabajar en mi próxima novela a preocuparme por las ventas de la anterior.
Tiene proporcionalmente más lectores en España que en Estados Unidos.
Las novelas han sido traducidas a treinta idiomas, alguno de ellos tan sorprendente como el vietnamita. En castellano se leen más que en cualquier otra lengua, y nadie parece disponer de la respuesta para esta atracción particular, ojalá usted la descubriera. Quizás tengo un cerebro español.
¿Ha pensado alguna vez en matar a alguien?
Puedo haber deseado de tanto en tanto que alguien muriera, y hay personas que con bastante probabilidad no me sentiría terriblemente triste si fallecieran, pero solo en un plano teórico.
¿La primera razón para cometer un asesinato es el sexo o el dinero?
Se dice que hay un número limitado de razones, pero en última instancia se reducen a un deseo de poder. El mal consiste en apoderarme de lo que quiero en el momento en que lo quiero, sin importarme lo más mínimo cómo pueda afectarte. El precio de esta conducta egoísta es la soledad. Te uso y me aíslo de ti.
Fue uno de los 'Mad men' de la publicidad neoyorquina.
Durante treinta años. Es una profesión muy diferente, porque tienes que satisfacer las necesidades de un cliente. Ahora disfruto de la libertad de escribir lo que quiero, lo que me venga a la ca- beza.
En sus novelas critica el sistema judicial de Estados Unidos, que vacía sus prisiones por sobrecarga.
En los libros hay varios personajes que opinan sobre esos asuntos. Sin embargo, yo me concentro en las cosas que puedo controlar o mejorar personalmente. Por ejemplo, en ser más generoso y amable.
Gracias a internet, un crimen puede ser cometido y resuelto sin abandonar la habitación.
Estoy un poco pasado de moda. Mi esposa y yo no tenemos teléfonos móviles ni televisión. Prefiero alimentar a mis gallinas que pasarme tiempo en internet.
¿Su detective David Gurney bordea la sociopatía?
Gurney lo ve todo como un problema que ha de ser resuelto. Es un hombre frío, en especial cuando está resolviendo un caso, aunque periódicamente se da cuenta de lo mucho que le importa su esposa, y trata de reconducir la distancia que ha establecido con ella. Sus sentimientos le diferencian de un sociópata.
¿Muchos asesinatos vuelan por debajo del radar?
Es absolutamente cierto. La policía hace lo que puede, pero continuamente se producen asesinatos no detectados. Es imposible conocer el porcentaje, pero no soy naíf. Hay personas que desaparecen y es el final de la historia.
Empezó a los 65, ¿tiene prisa?
No siento que tenga que recuperar el tiempo perdido ni nada de eso. Ya le he dicho a mi editor que a partir de ahora publicaré una novela cada dos años, para que escribir siga siendo un placer.
Su amado Conan Doyle mató a Sherlock Holmes.
Lo mató y no lo mató, porque la petición popular le obligó a devolverle la vida a Sherlock Holmes. Como regla general, el detective debe imponerse.
