La Comisión Europea (CE) dio ayer un primer paso para homogeneizar el consumo de contenidos digitales en toda la UE con la propuesta de un reglamento que permita, para 2017, la portabilidad de servicios en línea a los que los europeos estén suscritos, de forma que sean accesibles en otros Estados miembros.

En el marco de una amplia estrategia para poner fin a la fragmentación del mercado digital en la Unión Europea (UE), la CE ha propuesto en primer lugar acabar con restricciones que impiden, por ejemplo, que un abonado a la plataforma audiovisual Netflix en Alemania no pueda ver películas en Polonia.

Actualmente, cuando un ciudadano viaja por la UE pierde el acceso en línea a las películas, música, libros electrónicos, juegos o retransmisiones deportivas a las que esté suscrito.

La Comisión espera que para 2017 este reglamento haya sido acordado con los Estados miembros y el Parlamento Europeo y pueda empezar a aplicarse, dijo en una rueda de prensa el vicepresidente comunitario para el Mercado Único Digital, Andrus Ansip.

La iniciativa propone que los proveedores de contenidos tengan la obligación de suministrar el servicio a los abonados cuando estén "temporalmente" en otro país de la UE, para el mismo tipo y el mismo número de dispositivos, de usuarios y de funciones que ofrece en el país de residencia. Según la CE, el 35 % de los europeos viaja al menos una vez al año y pasa más de diez días en otro país de la Unión.

Los usuarios podrán ver en línea (streaming) o descargar contenidos, cuyos contratos de derechos de autor "no tendrán que ser renegociados" entre los titulares y los proveedores al no verse "sustancialmente afectada" la manera en que se conceden licencias.