"El Éxodo, tal como lo cuenta la Biblia, es una apasionante historia de liberación de un pueblo oprimido. Es, además, una historia fabulada desde la concepción de un dios competitivo, voluntarioso, defensor de lo suyo y de los suyos de forma egoísta y por la fuerza de su poder". Son palabras de Antonio Melián (Gran Canaria, 1938), docente y escritor, autor de la novela En tierras del sur, que mañana presenta en el Club LA PROVINCIA, a las 20.00 horas, su obra El Éxodo, una conspiración hebrea, de la Editorial Círculo Rojo.
Melián ha afrontado la ardua tarea de recrear de manera novelada la salida de los hebreos de Egipto hace 3.500 años para escapar del yugo egipcio. En esta tarea ha tropezado con alguna dificultad, pero ha encontrado la manera de hacerlo. Se trata de "respetar el proceso bíblico, desmitificando a ese dios, inadmisible hoy". Para ello, cambia a ese dios en la novela. "Es sustituido por uno paternal, compasivo del dolor y el sufrimiento de los hombres, solícito a sus súplicas y animador de acciones que tiendan al bien".
Melián deja claro que se trata de una interpretación del texto bíblico. "Es una lectura entre líneas", reconoce. "Es como desentrañar la letra menuda de la Biblia. La narración bíblica, brevitatis causa, se salta sistemáticamente algunos procesos, como la conversión, la metanoia de Moisés que era un hombre avezado y defensor del politeísmo", afirma.
Buscar la libertad
El autor se mete en la piel de los personajes que fueron conducidos por Moisés lejos de la opresión. Sobre el profeta afirma que fue "un líder natural, con las ideas de liberación claras y unidas a la libertad y voluntad de un pueblo que solo busca la liberación y vivir en paz en tierra de nadie de forma beduina y tribal".
Pero también habla de conspiraciones y fricciones entre los mismos exiliados. Cuando se le pregunta si los principales enemigos del pueblo judío eran los egipcios o ellos mismos, Melián contesta que "ambos de forma simultánea. Cuando decimos ellos mismos, entiendo que son los de siempre, los poderosos dentro del pueblo contra su mismo pueblo", con lo que introduce la diferencia entre clases sociales dentro de la comitiva hebrea.
En la contraportada del libro, el mismo autor se pregunta si el Éxodo fue realidad o ficción, pero reconoce que aún no ha podido contestar a esa duda. "No soy historiador ni antropólogo, ni esas cosas. Cojo el camino de en medio y pienso que si existió debió ser de la manera que yo concibo el proceso por un desierto, donde hay que predisponer de alimentos, cobijo y protección para un pueblo desorganizado y lleno de necesidades", aclara el novelista.
Melián cree que El Éxodo, una conspiración hebrea es una "oportunidad para desentrañar muchas preguntas que nos hacemos en la actualidad, una depuración de la imagen de Dios, tal como debemos concebirlo hoy, descubrir cómo desenvolvernos en la vida en los momento difíciles y valora el trabajo de un hombre pegado a la realidad que dirige a su pueblo por donde él quiere ir luchando junto a él, defendiéndolo y defendiéndose él de los que actúan por ambición y afán expansionista contra el pueblo indefenso, amparándose en un dios hecho a sus imágenes y semejanzas".
