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Entrevista a Juan Carlos de Sancho

"Mi diccionario invita a que veamos las palabras desde otro punto de vista"

"Cortázar decía que muchas palabras estaban perdiendo su significado y pensé en ello durante años", afirma el escritor

"Mi diccionario invita a que veamos las palabras desde otro punto de vista" QUIQUE CURBELO

¿En qué consiste este diccionario de significados alternativos que construye a través del "mono leído?

El Diccionario del Mono leído reúne aproximadamente unas 480 palabras, ordenadas de la A a la Z, pero que están escritas, supuestamente, por un mono instruido. Mi idea es comunicar otras visiones de la realidad jugando con el humor, la filosofía o el doble sentido para transmitir y generar reflexiones a partir de las palabras, que defino de una manera particular desde la posición elástica e iconoclasta de este mono leído. En el prólogo del libro, el propio mono cuenta que su especie, en realidad, no ha querido evolucionar porque, tal y como ha evolucionado el mundo de las palabras y su poder, hemos llegado al desastre colectivo. Sobre todo esto, tratan mis brevedades.

¿En qué medida articula este nuevo glosario de definiciones una crítica hacia la sociedad contemporánea?

El libro es un libro crítico en todos los sentidos, desde la política o el pensamiento hasta las propias palabras. Recuerdo que, hace unos 30 años, tuve la suerte de entrevistar a Julio Cortázar con motivo de una conferencia que tituló La palabra. Cortázar decía que muchas palabras estaban perdiendo su verdadero significado y que se utilizaban malamente y con fines turbios, como "libertad", "democracia" o, incluso, "desarrollo sostenible". En este sentido, decía que, por ejemplo, la palabra "libertad" designaba a la vez un centro de tortura y exterminio en Uruguay. Durante muchos años, estuve reflexionando en esta línea sobre los significados de las palabras y apuntaba en mi bloc distintas palabras que me venían al vuelo y que definían cosas etéreas, como aspectos políticos o artísticos, o fenómenos como la muerte, la vida o el azar. Así, poco a poco, fui construyendo este diccionario.

¿Por qué escoge la figura de un mono para vehicular esos nuevos significados?

Me puse en situación de aquello que formulaba Bernard Shaw: "Di las cosas con humor o te rajarán el cuello". Por eso, yo opté por la figura del mono porque, de alguna manera, nosotros creemos que miramos al mono pero, tal vez, el mono es el que nos está mirando a nosotros, pensando: "¡Qué imbéciles, hasta dónde han llegado!". Cuando yo estudié Psicología, se decía que la palabra es pensamiento y a mí siempre me ha gustado expresar pensamiento en mis distintos ensayos literarios, como en mi primer libro, La casa del caracol. Entonces, esta vez he querido hacerlo igual pero a través de palabras pronunciadas por un mono que, como señala en el prólogo, es "mono, pero no tonto" y que, con este diccionario, nos invita a que veamos las palabras desde otro punto de vista.

¿Cree que el lenguaje +se ha convertido en algo estanco o impermeable?

Vivimos en una cultura de lo previsible, de lo repetido, de lo aburrido. Y por otro lado, también creo que el escritor debe experimentar nuevos estilos narrativos y lingüísticos. Como dijo Enrique Vila-Matas en la Feria del Libro de Guadalajara, durante mucho tiempo ha existido la dictadura de la novela, incluso por encima del cuento; y esa estructura decimonónica de principio-nudo-desenlace ya ha cumplido su cometido y debe dejar paso a otro tipo de estilos. Creo que estamos en un momento de desinfle del pensamiento y hay que experimentar nuevos géneros.

Por lo tanto, ¿cambia de formato, pero recoge una serie de reflexiones que ya atraviesa toda su obra anterior?

Yo creo que sí. Todos mis libros tienen una intencionalidad clara pero, en este caso, también he querido señalar que todos tenemos un mono dentro. Tal vez me ha imbuido el mono Felipe que conocí en el Parque Doramos, durante mi infancia (risas). Con todo, pienso que, al igual que se incorporan nuevas palabras al diccionario de la Real Academia, mi propuesta es: ¿Por qué no incorporar nuevas definiciones a las palabras de siempre? Creo que, a veces, tenemos un pensamiento muy encorsetado, y que eso se refleja en el lenguaje. Yo propongo, sobre todo, huir del pensamiento instalado, porque nos centramos en determinadas palabras, como "justicia" o "hambre" que, a base de repetirlas, nos quitan perspectiva. Por eso, propongo una nueva visión de las palabras para dejarlas libres.

Una vez liberadas de sus ataduras lingüísticas, ¿vio cumplido su objetivo de reinventar las palabras?

Recuerdo una definición de Xavier Rubert de Ventós, un filósofo catalán, que decía que la función del intelectual del futuro sería "desmadejar la madeja". Yo creo que lo consigo en este libro. Incluso Borges decía aquello de "escribo pese a las palabras", porque la palabra también es el obstáculo. Entonces, lo que yo he hecho es, más que inventar, utilizar las palabras que utilizo a menudo en mis libros para darles una vuelta de significado. Cito algunos ejemplos de mi diccionario: "Muerte: explica la vida"; "Arte: trae", porque el arte siempre trae algo nuevo; o "Dinosaurio: Monterroso", porque siempre asociamos a Monterroso con el microrrelato del dinosaurio, pero apenas sabemos ni hemos leído nada más de él. En realidad, son todos los temas que siempre me han preocupado, pero les doy un formato de humor y utilizo un estilo mixto para darle la vuelta a las palabras, y esbozando a la vez una crítica social. Eso sí, siempre dando al lector, como decía Cortázar, la posibilidad de interpretar las palabras como uno quiera. "El lector cómplice", como lo definía Cortázar, porque este diccionario no es un libro pedagógico ni moral, sino un libro para hacer pensar.

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