La lluvia de meteoros conocida como Gemínidas, es un espectáculo asegurado que ocurre cada año por estas fechas, cuando la Tierra, en su órbita alrededor del Sol, se encuentra con la corriente de partículas del asteroide 3200 Phaeton.

Este año, el momento para su observación era propicio. El máximo de actividad de esta lluvia, que se esperaba para las 18.00 UT del lunes, 14 de diciembre, coincidió con la Luna saliendo de su fase nueva. Por este motivo, el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha acercado este espectáculo celeste al público general a través de su web y del portal sky-live.tv.

La lluvia de estrellas se retransmitió en directo desde el Observatorio del Teide, en Tenerife, el Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma, y también desde Fuerteventura (Islas Canarias) y Cáceres (Extremadura). Según los especialistas, a pesar de que las condiciones meteorológicas no fueron excelentes, las Gemínidas no defraudaron.

Las llamadas 'estrellas fugaces' son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. La corriente de partículas resultante (llamados meteoroides), debido al "deshielo" producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por la Tierra en su órbita alrededor del Sol. Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros. Esto es cierto para la mayoría de lluvias pero no para las Gemínidas: no existe ningún cometa que coincida con la trayectoria de la nube de "escombros".

El origen de las Gemínidas era un misterio hasta que las sondas solares Stereo (NASA) confirmaron la aparición de una pequeña cola al asteroide 3200 Phaeton (en su máximo acercamiento al Sol), único objeto que se movía en la misma órbita que la nube de meteoroides causantes de las Gemínidas.