El otoño que está a punto de finalizar ha sido muy cálido y húmedo en Canarias, con temperaturas por encima de lo normal en septiembre y octubre y, en contraste, un mes de noviembre tan escaso en precipitaciones que es el segundo más seco desde 1948 y comienza a causar déficit hídrico.

Estos datos fueron facilitados hoy en rueda de prensa por el director del Centro Meteorológico de Santa Cruz de Tenerife, Víctor Quintero, quien ofreció un resumen del comportamiento meteorológico del otoño de 2015 en Canarias y la predicción estacional para el invierno, que comienza la próxima semana.

Víctor Quintero explicó que la temperatura media del otoño en Canarias se ha situado en 20,8 grados centígrados, lo que revela un trimestre muy cálido y con variaciones notables entre los valores registrados en las zonas altas de las islas a los de las costas, que han llegado a alcanzar los 25 y 28 grados.

Como ejemplo Quintero precisó que en septiembre se ha registrado una temperatura media de 21,8 grados centígrados, frente a los 21,6 habituales, pero en octubre el valor se situó en 21,2 grados, cuando lo habitual en las islas son los 19,9.

En prácticamente todo noviembre y hasta los días transcurridos de diciembre ha continuado esta situación, que definió como un intervalo cálido con episodios de calima y días de calor muy intenso en algunas zonas y con jornadas de una concentración "importante" de aerosoles, que ha llevado a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a emitir avisos por la presencia de este fenómeno atmosférico.

El director del Centro Meteorológico de Santa Cruz de Tenerife detalló que el carácter cálido de este otoño se debe a que el anticiclón de las Azores ha estado prácticamente estacionario en mitad del Atlántico, lo que ha actuado como barrera ante los frentes fríos del norte del océano y ha permitido la intrusión de masas de aire africano desde el Sahara.

Ha habido un número considerable de efemérides de altas temperaturas, continuó Quintero, e incluso en los aeropuertos de Lanzarote y Fuerteventura se superaron las máximas registradas.

En el caso del aeródromo de Lanzarote se alcanzaron los 37,3 grados, frente a los 36 registrados en el otoño de 1989, y en el de Fuerteventura se llegó a 36,9 grados, con lo que superó los 36,5 de la misma estación en 1971.

Como dato curioso, el meteorólogo dijo que en cuanto al comportamiento pluviométrico este otoño ha sido muy húmedo, con 52,4 milímetros debidos fundamentalmente a las aportaciones de septiembre y octubre, de 18,9 milímetros en el primer caso y de 131,4 en el caso, sobre todo por las tormentas en Gran Canaria y Fuerteventura.

También en septiembre se batió un récord de precipitaciones en el aeropuerto de La Palma, que llegó a los 58,2 milímetros de agua caída, y también del 22 al 24 del mismo mes se registraron tormentas y lluvias "puntualmente" torrenciales en dicha isla, El Hierro y Gran Canaria, donde se contabilizaron 52 rayos.

El gran contraste, añadió Víctor Quintero, lo representa noviembre, con sólo 6,9 milímetros de lluvia y el segundo más seco en los registros históricos después del de 1948, cuando sólo se contabilizaron en las islas 1,2 milímetros de precipitaciones.

Esta situación se prolonga en los días transcurridos de diciembre y de continuar así será el último mes del año más seco en todos los registros históricos, que comenzaron en Canarias en 1945, aunque hay que tener en cuenta que está previsto que llueva a partir del domingo.

En cuanto al año hidrológico, que se registra desde el 1 de octubre hasta el 30 de septiembre del año siguiente, ha sido de superávit hídrico justo hasta el último día citado, al haberse registrado en las islas desde el invierno de 2014 más precipitaciones de lo habitual.

Sin embargo a partir de noviembre y ante la escasez de precipitaciones comienza a acumularse un déficit hídrico, subrayó Víctor Quintero, quien explicó que no se trata de algo específico para Canarias sino que es una situación generalizada en el resto del territorio peninsular.