El crecimiento del uso de internet es exponencial, ¿también lo es el de los delitos informáticos?
Ahora mismo están creciendo bastante. El problema es que cada vez se usa más tecnología y es más difícil pillarlos, con lo cual no se pueden abrir diligencias. La propia Fiscalía está reconociendo que tienen muchos menos procedimientos abiertos porque cada vez es más complejo detectarlos.
¿Qué aportan los peritajes informáticos en cuestiones de seguridad digital?
Uno de los problemas que tenemos ahora, debido a tantísimo protocolo que hay a la hora de obtener las direcciones IP, es que la conservación de esas IP, según una ley, sólo se mantiene durante tres años. Hasta llegar al Juzgado el caso, si no hay previo un peritaje que lo acelere, esos tres años caducan y cuando vas a ver quién es el autor del delito la operadora de turno ya no guarda los datos. Entonces hay un problema grave de conservación de los datos. Si se perita a tiempo, en el momento que se detecta, se hace una guarda y custodia del dato y luego ya puede tardar el juicio en salir siete años que lo tendríamos hecho. Un penal ahora mismo en un tema de pornografía infantil puede llegar a tardar cuatro años de media hasta que sale. Ahí es donde pinchamos.
¿Cómo se puede acelerar ese proceso?
Tratando de que los peritajes se pidan por el Juzgado y que la parte que presenta la demanda o la denuncia, que automáticamente a la vez va al Juzgado, que garantice la prueba. Eso sólo se puede hacer vía perito informático, de lo contrario no se puede comprobar si los datos han sido manipulados o no.
¿Cuál es la labor del perito informático?
En casos de pornografía infantil vemos si existe una serie de material que se está distribuyendo y capturamos esos datos con un sellado para tener una garantía de que en un determinado momento estarán guardados. Así tenemos la certeza de que no se manipula. Eso hay que hacerlo de manera forense para que no se modifique con el paso del tiempo. Otro de los casos que se repiten mucho es el de delitos de faltas y estafas. Son los típicos intentos de usurpación de identidad, de quedarte con el Facebook de otra persona, de vender una serie de cosas por internet pero una vez que ingresas el dinero luego no entregas la mercancía. Son estafas menores, la mayoría por debajo de 400 euros, con lo cual perseguirlo resulta muchísimo más complicado.
¿El movimiento que existe en redes sociales ha aumentado la conflictividad y los delitos informáticos?
La realidad es que se han multiplicado por tres, y lo que más hay, por un lado, son insultos y, luego, suplantación de identidad, que a nivel de jurisprudencia no está bien recogido todavía, no hay una ley que lo tipifique o lo castigue específicamente y cada uno lo interpreta de una manera distinta, ése es el principal problema. El caso más profesional de suplantación de identidad es quedarme con la cuenta de una persona y acceder como si fuera esa persona y comenzar a divulgar datos. Sin embargo, el que más se está utilizando es más burdo, simplemente es llamarme parecido a esa persona y coger una fotografía de la otra persona o con un perfil parecido empezar a divulgar información, poner cotilleos e insultos. Eso es lo que más se está persiguiendo. Ahí sí se nota que han aumentado los casos, pero, sobre todo, la ventaja es que Facebook ha pasado de casi dos años que es lo que estaba tardando de media en dar los datos a facilitarlos cuando se le pide a través del Juzgado en menos de seis meses.
¿Manipular conversaciones de wasap y mensajes de texto es ahora más fácil?
Ahí cada vez se hacen más manipulaciones. Y nos estamos encontrando de todo. Desde la gente que directamente presenta una conversación de wasaps en papel aunque parezca mentira y luego la manipulación del wasap de manera intencionada. Es cierto que se puede manipular técnicamente porque, además, no se guarda en una empresa propia el contenido, sino que se guarda en el teléfono que lo emite y en el que lo recibe. Eso sí que se puede comprobar y existen medios suficientes para conocer si se ha modificado o no la base de datos de Whatsapp porque queda un registro o una señal en la base de datos. Por esa parte estaría pillado quien lo hace, aunque es cierto que cada vez están saliendo más herramientas al mercado que permiten suplantar otro wasap y enviarlo a otra persona como si fueras un tercero. Eso está generando bastante conflictividad y a día de hoy está siendo la estrella de las estafas y de los problemas jurídicos.
¿Qué precauciones debe tomar el usuario?
En el tema de Facebook, la mayoría de la gente cuando recibe un correo electrónico y te lleva a una página suele pinchar sobre el enlace y en vez de Facebook es otra página que aparenta ser la real. Si el usuario presta un poco de atención y comprueba la dirección web, la URL, podrá conocer si se trata de correos falsos. Sólo hay que verificar eso. En el tema de Whatsapp no se va a enterar de si se ha manipulado o no. Lo único que tiene que hacer en el momento que tiene conocimiento de una demanda contra él en el Juzgado por un wasap es presentarse ante un perito informático para que valide si ha sido o no manipulado.
¿Se acude al perito informático ante una sospecha de delito informático?
Muchas veces lo que se hace en vez de acudir al perito informático es intentar buscar maneras secundarias como romper la clave del correo o acceder al ordenador, copiar toda la información y ver todos los correos electrónicos para comprobar cuál interesa y cuál no, con lo que ahí estaría rompiendo el secreto de las comunicaciones e invalidando el cien por ciento de la prueba. Eso hay que hacerlo con una técnica especial y para eso hay que acudir al perito informático. El papel no sirve. La prueba debe presentarse en formato digital y debe ser el perito quien presente el informe para darle oportunidad a la otra parte de demostrar que la prueba no se ha manipulado.
