Las luces navideñas instaladas en las calles y fachadas de los edificios pueden resultar incómodas para determinadas personas con problemas oculares, como fotofobia, glaucoma, astigmatismo o cataratas. Por este motivo los oftalmólogos recomiendan extremar la precauciones durante estas fechas, especialmente, por la noche.

"Es importante someterse a revisiones oftalmológicas periódicas y tener precaución en los desplazamientos en coche que son más habituales en navidades. Estos días tenemos nuestras avenidas llenas de luces. Hay que dejar claro que no perjudican, pero es recomendable que las personas que padecen un problema visual tengan mas precauciones", aconsejó ayer Humberto Carreras, director médico de Eurocanarias Oftalmológica.

Entre las personas que pueden verse más afectadas por las luces navideñas son aquellas que padecen fotofobia, que es un aumento a la sensibilidad de la luz que puede deberse a un tamaño anormal de las pupilas, a la falta de iris por traumatismo o por nacimiento. Otra de las patologías es el glaucoma que se caracteriza en que la capacidad de adaptación de la pupila a la luz está disminuida y tarda más tiempo en adaptarse; el astigmatismo, que es una curvatura irregular de la córnea que provoca distorsiones visuales; y las cataratas, cuyo uno de los síntomas es la visión de reflejo alrededor de las luces. "Las personas con cataratas ven las luces como estrelladas. Lo detectan con los focos de los coches y en esta época se multiplica el efecto", sobre todo en los desplazamientos nocturnos, alertó Carreras.

Por este motivo, el oftalmólogo insistió en la necesidad de extremar las precauciones al volante por la noche y que aquellas personas que sufran algunos de los síntomas anteriormente detallados que acudan al oftalmólogo para ser sometidos a una revisión.

Carreras explicó que de todas las patologías nombradas las cataratas es la más frecuente y que la incidencia en Canarias se sitúa en la media nacional, aunque al tener más horas de sol provoca que aparezcan en edades más tempranas. "Hoy en día las cataratas pueden empezarse a desarrollar a partir de los 50 años, antes era un problema que se relacionaba con los ancianos, en personas de más de 70 años, pero actualmente no es así", señaló el oftalmólogo.

Esta aparición temprana puede deberse en parte a los efectos nocivos de las radiaciones ultravioletas y también a que hoy en día, en general, se diagnostica antes. "Aquí disfrutamos de un clima privilegiado en que el número de horas de sol es mayor que en otras zonas de España. Además, la calidad de vida de las personas ha aumentado y se revisan y se detectan precozmente". El especialista recordó que hace años la cirugía de cataratas requería que la persona se quedara ciega, en cambio, ahora se recomienda lo contrario porque, mientas antes se detecta, antes se opera y mejores resultados.