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Arte

La tómbola de arte más solidaria

La segunda edición de 'TombolarizArte' reúne 585 kilos de alimentos para la Asociación de Vecinos de San José

Los pequeños versionan 'The Wall' en la inauguración. S. CEBALLOS

En la tómbola solidaria TombolarizArte, los más pequeños permutan cuadros y libretas creativas por dos kilos de arroz, o lienzos y lámparas de papel a cambio de tres kilos de garbanzos. La segunda edición de la tómbola benéfica más artística y entrañable convirtió el patio de San Martín Centro de Cultura Contemporánea en un trasiego de niños y niñas que despachaban sus creaciones y manualidades -como si de los más profesionales comerciantes de Triana se tratara - a cambio de solidaridad.

Esta iniciativa, que impulsan el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) y San Martín, puso la guinda final a los talleres infantiles Unas navidades de museo y Una Navidad de arte, que alojaron ambos centros durante cuatro días en diciembre, con la participación de 60 niños y niñas entre ocho y 12 años. Y la guinda se tradujo en una recaudación récord de 585 kilos de alimentos, que se entregarán a la Asociación de Vecinos Vega de San José-Cono Sur, que trabaja de forma desinteresada por familias sin recursos económicos en distintos barrios de la capital grancanaria.

El centro cultural de Vegueta dio la bienvenida a los más de 200 asistentes ayer al mediodía con un repertorio musical protagonizado por los pequeños, que brindaron una versión luminosa del clásico The Wall, de Pink Floyd. Una vez inaugurado el encuentro con las melodías del rock, la fiesta se traslada al patio. En el ala norte, un stand reparte los tiques que se corresponden con el valor de los artículos de arte; véase, un ejemplar de mini-juegos a dos kilos de alimentos o un lienzo sin enmarcar al precio de un kilo. En el ala oeste, se erige el centro de recaudación de alimentos custodiado por otro grupo de pequeños artistas, quienes los distribuyen con cuidado en cajas mientras tratan de identificar, con disimulo, si ese trueque comportó la venta de alguna de sus obras. Y en el resto del patio se extienden unos largos mostradores que exhiben cajitas, lienzos sin enmarcar, imanes, libretas creativas, autorretratos circulares, pizarras, relojes, cuadros, llaveros, piedras pintadas, mini-juegos, lámparas de papel y vasijas de colores.

"¡Esto lo hice yo!"

Con todo a punto, padres, madres, demás familiares y múltiples curiosos se agolpaban en torno a los muestrarios de arte para admirar las distintas piezas elaboradas en los talleres navideños. "¡Mamá, esto lo hice yo!", exclama Irene, mientras señala a sus padres una cortina de llaveros que pende del techo. En la escalera adyacente, Noel se encarga de despachar lienzos al precio de tres kilos de comida. Con ojos de emoción, reconoce que la experiencia en los talleres del CAAM y San Martín le permitieron descubrir las virtudes del "trabajo en equipo". "Lo pasamos muy bien todos los compañeros y todos se portaron muy bien conmigo", revela. Con respecto a las ventas, exclama: "¡He vendido un montón!". "Debo decir que también he vendido muchas cosas que yo he hecho a cambio de 25 kilos de comida, que yo creo que en realidad costaban unos 15 kilos, ¡así que les tuvo que gustar mucho!"

También la pequeña Aidée, de 13 años, que frecuentaba los talleres del CAAM desde los cuatro, asegura que lo mejor de esta gran celebración del arte y la solidaridad fue vivirla con amigos. "Lo que más me gusta de venir a los talleres es estar con mis compañeros y poder hacer cosas que no hacemos en el colegio", afirma. La pequeña elaboró durante las clases un bonito lienzo de plantas del risco, un autorretrato a partir de un espejo y una serie de macetas pintadas. "Se están vendiendo muy bien", asegura.

De repente, el patio se llena de las melodías de Imagine, de John Lennon, y de la música de Star Wars de la mano de un alumno trompetista, que despliega un repertorio musical desde la puerta del ascensor. Entre los espectadores, Aíto García Reneses, entrenador del Herbalife Gran Canaria, se detiene a observar la escena, después de recorrer varios de los mostradores durante la mañana.

"Los talleres proponen otro estilo y otra manera de pasar la Navidad", indica Margarita, madre de Sara y Lucía, quienes participaron en los talleres de San Martín. "Se rompe un poco con la rutina del colegio durante unos días y, a su vez, siguen disponiendo de otros días libres para descansar". "Ellas lo pasan muy bien porque, además, lo comparten con otras amigas", explica. A su lado, otra madre, pertrechada para el evento, con su carrito de la compra para reemplazar alimentos por arte, asegura que "es una iniciativa fantástica, los niños lo disfrutan muchísimo".

TombolarizArte es una iniciativa impulsado al abrigo del proyecto OkupArte por el Departamento de Educación y Acción Cultural (DEAC) del CAAM, y constituye la celebración final de los talleres Unas navidades de museo y Una Navidad de arte. Ambos se desarrollaron de forma simultánea en el CAAM y en San Martín los días 23, 28, 29 y 30 de diciembre en unas jornadas intensivas de 9.00 a 14.00 horas. En los talleres, los 60 alumnos participantes desarrollaron distintas actividades vinculadas al arte contemporáneo y al concepto de la solidaridad a partir de tres áreas de trabajo: una primera, centrada en la creación de objetos creativos; otra, de aprendizaje sobre la difusión de contenidos en Internet; y la última, dedicada a los preparativos para la gran tómbola solidaria.

"Este segundo año ha habido una mayor afluencia con respecto al año pasado porque hemos contado con 60 niños y niñas, entre los que se encontraban algunos procedentes de centros de acogida, y que se han integrado muy bien en los equipos, así que cada año despegamos con más potencia", afirma Inma Pérez, directora del DEAC. Durante los talleres navideños, los alumnos estudiaron la exposición vigente en San Martín Centro de Cultura Contemporánea, El universo de Rafaely. Retrospectiva de Rafael Bethencourt, donde jugaron a "intentar adivinar qué era lo que Rafaely quería pintar". "Luego, los niños se inspiraron en obras del pintor, como el Homenaje a Modigliani, para crear una obra parecida a la suya con papeles de forrar y papeles de colores", relata. "A través de los distintos conceptos y la observación, reinterpretaban lo que veían y creaban sus obras".

"También tuvo mucho mérito el trabajo de los autorretratos a través de sus propias imágenes reflejadas en un espejo", añade Pérez. "Resulta emocionante ver todo el trabajo que han hecho en tres días". Los participantes también tuvieron la oportunidad de realizar entrevistas a personalidades del deporte o el voluntariado que visitaron los centros de arte de Vegueta, entre los que destaca el jugador de baloncesto australiano, Brad Newley, del Herbalife Gran Canaria, que se sumó al taller de San Martín Una Navidad de arte y realizó actividades de pintura. También se embarcaron en los talleres Araceli Martín, trabajadora de Cáritas Diocesana de Canarias, o Juan Díaz, secretario de la Asociación de Vecinos Vega de San José-Cono Sur, entre otros, quienes compartieron las claves de su labor con los niños.

Con todo, uno de los gestos que protagonizó ayer el tramo final de TombolarizArte fue, en palabras de Inma Pérez, "que los padres regalaban los dibujos a los niños, es decir, los compraban a cambio de alimentos, pero luego se los regalaban a ellos, para que pudiesen guardarlos como recuerdo".

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