La actriz Silvana Pampanini, protagonista de la película Tirma rodada en Gran Canaria en el año 1954, falleció ayer en Roma a la edad de 90 años después de que no lograra recuperarse de una operación en el abdomen. La italiana, exponente del cine popular de su país en los años cincuenta, interpretó, en esta coproducción italiana que glosaba la conquista de Gran Canaria, el papel de la princesa Guayarmina junto a Marcelo Mastroiani que hacía de Don Hernán y Gustavo Rojo como Bentejuí.

Pampanini (Roma, 1925) comenzó a destacar en la Italia que surgió tras la Segunda Guerra Mundial y es considerada una de las divas del celuloide de aquella época, precedente de otras sucesivas como Sophia Loren o Gina Lollobrigida, con quien mantenía una reconocida rivalidad. Su figura, morena y de intensos ojos verdes, aparece frecuentemente asociada a la del cómico napolitano Totò, con quien trabajó en películas como 47 morto che parla (1950). Cosechó un éxito importante con Processo alla città (1952), dirigido por Luigi Zampa, y trabajó junto a Vittorio de Sica en Il matrimonio (1954) y con Alberto Sordi en La Bella Roma (1955). Habitual en las revistas de la prensa rosa, en 1966 publicó su autobiografía titulada Sorprendentemente decente y en 1998 fue galardonada con la medalla de oro Escudo de Maldonado en Punta del Este, Uruguay.

La actriz italiana abandonaba Gran Canaria tras terminar el rodaje de Tirma el 6 de agosto de 1954 y la noticia era portada de LA PROVINCIA afirmando en titulares que se iba la bella actriz, que decía: "Siempre estaré muy unida a esta isla maravillosa". Pampanini con posterioridad volvería a la Isla en marzo de 2006 invitada por el 7º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria con motivo de la celebración del 50º aniversario del estreno del film y la proyección de la copia restaurada. La importancia de Tirma se resume básicamente en que ha sido la película que mayor rastro emocional ha dejado en Gran Canaria, fue una producción muy ambiciosa para la época, y la primera coproducción italiana que se hacía.

El rodaje de este filme, al igual que el de Moby Dick, está considerado como el momento más importante de la historia cinematográfica de las Islas. Tirma iba a ser un coproducción italo-española que al principio sería dirigida por Carlos Serrano de Osma el cual fue el responsable del 70 % del rodaje, pero la necesidad de ayuda económica les hizo ponerse en contacto con Italia que impuso al director Pablo Moffa. Al final se desvirtuó la imagen de los canarios de la época que aparecen con cresta, luchan como los greco-romanos y utilizan espadas como el cine romano. La película se rodó entre junio y agosto de 1954 e incluye anécdotas como el que se reclutaran a deportistas de lucha canaria que pelearon contra un contingente militar andaluz. La producción tuvo que plegarse a las condiciones que impusieron los socios italianos, en reparto, guión y técnica, y, de este modo, lo que iba a ser una epopeya de la conquista se vio despojada de todo localismo para derivar en una banal historieta de aventuras no muy alejada de los clásicos westerns con soldados e indios.

El idilio entre Guayarmina y Don Hernán, y toda la ambientación técnica y humana que necesitaba este título, movilizó a media isla en el verano de ese año. El rodaje dejó recuerdos curiosos como la construcción de un campamento-castillo en las Dunas de Maspalomas o que los actores que hacían de aborígenes se negaron a perder la gran batalla con los castellanos. Hubo más que palabras y fueron muchos los soldados, que hacían de ejército invasor, que precisaron atención médica.

El profesor de Lenguaje Cinematográfico, y uno de los coordinadores del Aula de cine de la ULPGC, Luis Maccanti, trajo la película a Canarias en mayo de 1990, en un copia en blanco y negro. Maccanti era por entonces el encargado de coordinación de programación de Filmoteca Canaria, y destacó la importancia que tuvo el proyeccionista Saulo Torón para encontrar la cinta. Medusa Films, cuyo propietario es Silvio Berluscconi, era la productora, y la búsqueda comenzó llamando al hijo del primer director, Carlos Serrano de Osma. El profesor se puso en contacto también con otros familiares suyos y al final pudieron encontrar una copia en Roma.

Así se inició el proceso de restauración para hacer otra copia nueva. La Cámara de Comercio financió la película que se trajo de Roma y, como patrocinadores, la donaron a la Filmoteca. Posteriormente, en el año 2006, y en el marco del Festival de Cine de Canarias, se pudo ver por primera vez el film en color y en un estado satisfactorio. El rescate de la versión original en español tuvo su origen en la búsqueda de los propietarios de Minerva Pictures y, a partir de ese trabajo, en la recuperación de la única copia que se encontraba en los archivos de Cinecitta. La publicación en 2011 del DVD gracias a la colaboración entre Filmoteca e Impulso Records, muestra que el filme sigue siendo un ejemplo rotundo de la personalidad cinematográfica de la actriz italiana.