Hace seis meses usted impartió también en la Real Económica la conferencia Oriente Medio: El nacimiento de un conflicto (1914 - 1923)
Esta no es la segunda conferencia que imparto en la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Ya las he dado acerca del Magreb hace varios años y como has señalado más recientemente sobre Oriente Próximo. En esta ocasión voy a hablar de lo que se puede denominar como "segunda cuestión de Oriente Próximo". La primera cuestión, a la que me referí en la conferencia que has citado, comenzó con la partición del Imperio Otomano, que tuvo como resultado la transformación de sus provincias árabes en países como Siria, Líbano, Irak, Jordania, Arabia Saudí y etc? mientras que la susodicha segunda cuestión de Oriente Próximo se centra en explicar cómo bajo la égida o la intervención de franceses y británicos se va gestando a lo largo del siglo XX un complicado Oriente Próximo hasta el año 1979 en el que tiene lugar la revolución islámica de Irán.
¿Puede resumir lo que sucedió en ese periodo que abarca alrededor de sesenta años?
Por una parte los países árabes nacidos de las cenizas del califato otomano trataron de abrirse paso a través del panarabismo, que culminó con el proyecto de unión liderado por el presidente egipcio Yamal Abd-en-Náser, para afirmarse y plantar cara a Israel. Por otra el Imperio Otomano se convirtió en la República Turca, proclamada oficialmente el 29 de octubre de 1923, que representó una gran novedad en el mapa geopolítico de la zona, y que no padeció del síndrome noventayochista que afectó a España, con sus nefastas consecuencias. Finalmente hay que retener que a lo largo del pasado siglo hay una civilización, la persa, que luego se trocará en iraní por un cambio de nomenclatura en un prurito de emparentar con los arios, que se queda atascada en su herencia pretérita y no consigue encontrar su lugar en la muy codiciada modernidad de Oriente Medio.
¿Todo eso cambió con la revolución iraní?
Sí, porque ¡oh sorpresa! En febrero de 1979 culmina un proceso de descontento radical por parte de amplios sectores de la sociedad iraní que eminencias teológicas y jurídicas de la corriente chií saben canalizar religiosa y políticamente. El chiismo, tan arraigado en la antigua Persia, se remonta a la muerte del profeta Mahoma, cuando el mundo musulmán queda fracturado en dos. Desde la revolución iraní esta división se ha venido complicando aún más porque la milenaria Persia se ha erigido en una potencia metida en los vericuetos político-energéticos de la región.
Por eso ha terminado enfrentándose a Arabia Saudí en Siria
En efecto. Un concurso de factores malhadados desde el 2011, año del desencadenamiento de la supuesta primavera árabe, convertirá a Siria en la plaza mayor de intervenciones internacionales y regionales a favor y en contra del régimen de Bashshar al-Ásad, tanto de norteamericanos como de rusos. Cada uno cuenta con peones e intermediarios: Turquía, Arabia Saudí e Irán. En definitiva lo que se libra en Siria es una guerra subsidiaria que ha convertido el país en un ruedo cuyo futuro es muy incierto y ha complicado aún más si cabe la segunda cuestión de Oriente.
¿Qué papel juega el autodenominado Estado Islámico, más conocido entre los musulmanes como Daesh en la segunda cuestión de Oriente?
Este nuevo califato me lleva a reafirmarme en que lo que ocurre en la región constituye una segunda cuestión del Oriente Próximo musulmán. El resultado es que la zona se ha convertido en uno de los puntos más levantiscos del supuesto orden internacional de los últimos quince años.
¿Sobre esta segunda cuestión de Oriente tiene preparada alguna obra?
Da la casualidad que sí. La editorial cátedra ha acabado de imprimir una colección de ensayos que he escrito sobre este tema titulado La segunda cuestión de Oriente: Egipto, Turquía e Irán en la encrucijada.
