Camas en los pasillos, entre tres y cuatro horas para ser atendido y un par de días para subir a planta. La imagen del servicio de Urgencias del Hospital Insular sobresaturado y sobrecargado ha sido a menudo noticia en los pasados doce meses. En momentos concretos, la situación se agravó hasta alcanzar el colapso.

El 9 de marzo de 2015 , la asamblea de trabajadores convocó una huelga indefinida para reclamar un aumento de los recursos humanos y técnicos, habilitar camas no utilizadas y agilizar el traslado de los pacientes a sus domicilios para la mejora, en conjunto, de la calidad asistencial. Su primer acto consistió en doblar el personal del turno de mañana para que los usuarios conocieran el funcionamiento del servicio con un número adecuado de trabajadores.

Un mes después, la gerencia aceptó algunas de las propuestas del personal sanitario y se desconvocó la huelga. Entre ellas, estaba el habilitar un área de transición con 14 camas para pacientes pendientes de ingreso y la contratación de personal para ello. Además, se rebajó el número mínimo de pacientes pendientes de ingreso para solicitar un refuerzo de la plantilla.

En mayo, los facultativos denunciaron el incumplimiento del acuerdo. El 8 de junio se abrió el área de transición con 14 camas, como una de las medidas pactadas entre la gerencia y el personal como un desahogo para Urgencias. En julio se anunció la contratación de dos facultativos y apoyos puntuales para combatir la saturación. Pero, entre octubre y noviembre se revivieron las escenas de colapso y UGT denunció el incumplimiento del horario de la zona de transición. La huelga vuelve a sonar como posibilidad.