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Entrevista a Salvatore Moccia

"Tenemos que crear en las empresas zonas libres de idiotas"

"Hay empresas que les da igual trabajar la motivación porque tienen una visión de principios del siglo XX", afirma el autor de El buscador de talentos

Salvatore Moccia. EDUARDO RIPOLL

¿Qué es el talento?

El talento es algo que cada uno ha recibido, un don especial: saber hacer cosas mejor que los demás. Viene del latín, era una moneda, se hizo famosa por la parábola de los talentos. En el ámbito de las organizaciones se sobreutiliza la palabra pensando que es algo especial. Pero si volvemos atrás, cuando el Señor se va deja algo a sus siervos. A cada uno le deja algo. Así lo defino: todos hemos recibido un don especial.

¿Cree que está infravalorado en la empresa española?

Está muy infravalorado. Hay un problema en las empresas de todo el mundo: a todos los trabajadores se les aplica el mismo contrato laboral. Eso limita la posibilidad de desarrollar talento. Hay diferentes clases y a cada clase se le aplica una motivación diferente. En el momento en que aplico el mismo contrato a todo el mundo pierdo la herramienta para desarrollar talento. Por eso empresas modernas como Google, YouTube o Facebook intentan crear lugares de trabajo diferentes para que el talento se pueda ir desarrollando.

¿De qué más depende?

Depende de la cultura empresarial, que quiera buscarlo y que reconozca que lo más importante de la empresa y lo más valioso son las personas, que crean un valor añadido a lo que hacemos. Hay que crear cultura empresarial que ponga a la persona en el centro de todo, y reconocer que cada uno es diferente y, por tanto, desarrollar un programa formativo para cada uno. Necesitamos jefes convencidos de eso.

¿Cómo ha afectado la crisis al talento? Dicen que agudiza el ingenio. Lo que no sé es si la empresa le ha puesto límites o lo ha incentivado en este contexto.

La crisis ha creado un problema más a las empresas. Todo el mundo piensa que lo primero que se puede recortar es en personal o en salarios. En una crisis, para ser más competitivo tienes que estar un paso delante que los demás. Necesitamos una creatividad extrema para diseñar nuevos productos y conseguir nuevos mercados y eso no lo hacen las máquinas, lo hacen las personas. Si recorto en sueldos la motivación se viene abajo y la empresa seguirá en crisis y con la dinámica negativa.

A veces el talento queda bloqueado por la exigencia de productividad.

Trabajar por dos y no poder expresar su creatividad. Hay empresas que siempre apuestan por la cultura de la innovación. 3M, por ejemplo, da la posibilidad al trabajador de dedicar un 15% de su actividad para desarrollar sus propias ideas. Aquí recortamos para que uno trabaje por dos.

Vivimos en una época protagonizada por jóvenes emprendedores. Parece la expresión más genuina de ese talento.

Tenemos una generación de emprendedores que ha crecido de forma diferente que los demás. Sus empresas serán diferentes. Siempre cuentan que los fundadores de Google estaban jugando a la Play Station cuando una persona fue a verles por primera vez. En una empresa tradicional no se puede entender. Y no significa que jugar quite tiempo al desarrollo de negocio.

¿Qué catálogo de talentos ha localizado usted?

El libro está basado en tres ideas. Todos tenemos talento. La segunda, que cada uno tiene un talento diferente y desde ahí desarrollo un catálogo de talentos, a partir de personajes conocidos a los que podemos asociar un tipo de talento. Por ejemplo, Don Quijote y Sancho son dos talentos poderosos. Sancho es un buen gobernador de Ínsula Barataria. Son dos talentos diferentes y a cada uno se le aplica una motivación diferente. Igual que a Don Quijote lo motivan con palabras de amor, a Sancho con dinero. Tenemos que reconocer qué tipo de talento asociamos a cada trabajador para poder motivarlo adecuadamente. Y el tercer punto es un decálogo, las características que tenemos que desarrollar la cultura empresarial para fomentar el talento.

¿Qué dice ese decálogo?

Que el talento es universal, no tiene edad, tiene que ser contagioso, necesita humildad, necesita confianza por parte de los que están arriba, necesita sinceridad, transparencia, humanidad. Y luego que el peor enemigo del talento es la estupidez. Tenemos que crear en las empresas zonas libres de idiotas. El estúpido y mediocre se asocia con menores que él para que no le hagan sombra. Tratará de infravalorar y matar el talento. Hay que apartar al mediocre.

¿Se trabaja bien la búsqueda de talento y la motivación en España?

Hay empresas que trabajan bien la motivación. Otras que les da igual porque tienen una visión de principio de siglo XX: yo pago el salario y tú tienes que trabajar. Ya no es así. Las personas ya no se vinculan para toda la vida. Gracias a la globalización se cambia de trabajo. El futuro pasa por que cada trabajador tendrá 15 puestos de trabajo distintos en su vida. Me lo comentaba una empresa: "Hasta ahora no teníamos este problema. Ahora que se reactiva la economía, los mejores se van". Es un problema que las empresas tendrán que considerar antes o después o se quedarán solo con los trabajadores mediocres.

Los estudios hablan de problemas de liderazgo en la empresa. Parece que el problema en la gestión del talento puede venir de ahí.

Más que un problema de liderazgo hay un problema de visión a medio y largo plazo. Algunas empresas están acostumbradas a que el producto se venda solo. Ahora con el mundo globalizado hay que cambiar esta perspectiva: del "me compran" al "yo vendo". Si seguimos con la visión cortoplacista tenemos un problema. Ahí es donde yo veo el problema de liderazgo. El líder por definición mira al medio/largo plazo.

Parece un problema generalizado en la sociedad.

Si no cuidamos el talento en nuestra empresa, simplemente se va. Fíjate lo que ha ocurrido con Albert Rivera y el PP. Un talento que ya estaba en la casa que, al final, se ha ido y se le ha llevado cuarenta diputados y un par de millones de votantes. Por lo tanto, la búsqueda del talento se aplica en las empresas, pero también en la política, en las familias y en cualquier organización.

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