Templanza, capacidad de reflexión y experiencia. Estas son las armas con las que cuenta José Miguel Jiménez, un jubilado de 67 años que representa a los casi 25.000 alumnos de la Universidad de Las Palmas en el Consejo Social, además de ser delegado estudiantil en el Claustro junto a otros dos compañeros del programa de formación de mayores, en el Consejo de Gobierno, y coordinador de Cooperación al Desarrollo y Responsabilidad Social del recién creado Consejo de Estudiantes de la ULPGC.
Representar a sus compañeros universitarios, jóvenes y no tan jóvenes, es para él un acto de responsabilidad, "no es un título, es un servicio", asegura Jiménez, titulado en Psicología Industrial, que volvió a la Universidad hace cuatro años, tras su jubilación y una larga experiencia laboral, tanto en la administración pública canaria, como responsable del área de gestión en Drogodependencia, como en la empresa privada.
"Nunca perdí la inquietud por formarme, me gusta mucho leer, y la Universidad, cuando me jubilé, no era sólo un cause para formarme sino también para compartir con coetáneos, expandir inquietudes que tenía incluso de tipo social".
En 2010 se matriculó en el programa de mayores Peritia et doctrina de la ULPGC, cursó los tres cursos, más dos del diploma universitario de Estudios Canarios; y ahora está con el diploma de Estudios Europeos. Se introdujo en los órganos de Gobierno a raíz de que en 2012 la Universidad reconociera los programas formativos de mayores como estudios universitarios, y a sus matriculados como estudiantes de pleno derecho de la Universidad. "Ya podíamos participar en todos los órganos universitarios". Es miembro del Claustro desde 2013 y fue reelegido el pasado día 3 junto con dos compañeros de los cursos de formación de mayores, Benito Suárez Suárez y Manuel Ramos Trujillo.
"Por nuestra edad tenemos la obligación de devolver a la sociedad lo que la sociedad se ha gastado en nosotros, en formación, conocimiento y experiencia. Existe una inquietud de corresponsabilidad", indicó Jiménez, e insistió en que participar en el Claustro, en el Consejo de Gobierno de la Universidad y en el Consejo Social "no son títulos para ir presumiendo por ahí, es una muestra de reciprocidad por parte de la gente que se presenta para devolver y ser partícipe del cambio que en cada momento se genera en la sociedad y en la universidad".
En el Consejo de Estudiantes, pionero en Canarias que nació en 2015, convive con compañeros estudiantes de diferentes disciplinas y edades, donde han logrado aunar lo mejor de ambas generaciones. "Yo admiro la fuerza, la formación que tienen los compañeros, las ganas de que se solucionen los problemas que surgen cada día en esta sociedad del saber, en el desarrollo de los títulos, de los grados, máster, de las becas, en las normas de permanencia. En eso soy un estudiante más. A nuestra edad probablemente no tengamos su fuerza y empuje pero si la templanza, al capacidad de reflexión, de objetivar las cosas, que por edad no podemos exigirla a jóvenes de 20 años".
Es en el Consejo Social donde José Miguel Jiménez, representa a todos los estudiantes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, tras ser elegido por mayoría en el Consejo de Gobierno de la institución académica. "Aquí mi responsabilidad es doble, porque represento a los casi 25.000 estudiantes de esta Universidad, pero es ilusionante estar en el órgano que une a la Universidad con la sociedad, porque me resulta fácil y gratificante trabajar con el equipo de gobierno, con Ángel Tristán, Jesús Lima, Miguel Ángel Acosta... Trabajamos en equipo".
Entre los puntos fuertes de su agenda en el Consejo figura adecuar las normas de Progreso y Permanencia de la Universidad a la realidad socioeconómica y geográfica de Canarias; y que haya una correlación "entre las exigencias a los estudiantes con estas normas y la del equipo docente, que la calidad de la enseñanza vaya en aumento".
Equiparar las tasas de los títulos de teleformación con los presenciales es otro de sus objetivos. "Hemos presentado junto al representante del Cabildo una moción para que el Consejo Social inste al Gobierno de Canarias para que asuma la financiación de los grados de teleformación, porque las tasas de matrícula de cada asignatura online, en general son un 250% superior a la presencial. Es una cosa gravísima".
Otro de los temas en los que trabaja en comunión con el equipo rectoral y el Consejo Social, es en lograr que el Impuesto General sobre el Tráfico de las Empresas (ITE) revierta en las universidades canarias. "Queremos trasladar al Gobierno canario que esos 160 millones de euros que van a generar cada año el ITE, vayan directamente a la mejora de la financiación de las universidades canarias, que son Campus de Excelencia Internacional, y que han sufrido recortes durante estos años que están lastrando toda la I+D+i . Es una inversión con retorno social".
