¿Qué siente al haber conseguido la incapacidad permanente por el síndrome burn out
Por un lado siento tranquilidad y sosiego, porque empiezo una faceta de mi vida mucho más tranquila que la que tuve, pero, por otro lado, tengo la sensación de que las cosas no funcionan bien, que el sistema no da soluciones reales a los problemas de los ciudadanos. En mi caso, pedí una adaptación del puesto de trabajo y presenté una queja por acoso laboral para que pararan las actitudes de hostigamiento, pero me lo denegaron. Si no hubieran sido denegadas, hubiera seguido trabajando y no hubiera estado incapacitada con 39 años. Yo quería trabajar, para eso me he formado y es la profesión que desde pequeña he querido hacer. La petición de adaptación y la queja de acoso laboral fueron presentadas en el año 2011 y a día de hoy no tengo sentencia. Sin embargo, pedí el reconocimiento de incapacidad en 2014 y en menos de 10 meses la logré. Yo creo que no es justo, que el sistema falla.
¿Es la primera vez que un trabajador consigue una incapacidad permanente por este mo- tivo?
Por lo que he estado mirando y he hablado con los abogados, en Canarias parece que es la primera sentencia de este tipo. En el resto del país hay muchas sentencias denegadas, solamente conozco dos que han llegado al Tribunal Supremo y han creado doctrina. El Tribunal Supremo ha dicho que es una enfermedad que incapacita a la persona. Aunque, en mi caso, si me hubieran dado medidas de prevención y me hubieran adaptado mi puesto probablemente no hubiera acabado incapacitada.
¿Estas sentencias del Tribunal Supremo son también del ámbito sanitario?
Son del ámbito educativo y son personas mayores. Es novedoso que una persona de mi edad consiga una incapacidad permanente por este motivo. Yo no tengo un perfil de enferma físicamente, estuve mal en su momento y la sentencia me lo reconoce, como también me reconoce que gracias a que tengo una rutina de deporte y que me he puesto a estudiar me he mantenido donde estoy y he podido seguir luchando. Esto significa que el síndrome del trabajador quemado no tiene que ver con la edad, sino con la persona.
¿Cómo ha llegado hasta este punto?
Yo vine de Inglaterra en el año 2001 y choqué con la realidad del Materno, que en aquel momento se encontraba en una crisis tremenda. Llegué con muchas ganas y vi que se podían mejorar muchas cosas porque en Inglaterra se hace de otra manera y, en mi opinión, de mejor forma. Empecé a luchar, a salir en los medios de comunicación y pasé una línea roja, algo que la administración nunca me perdonó. Entonces, empiezan a ir a por mí. Me metí en un sindicato y cuando en 2010 me quise incorporar a mi puesto de trabajo van de nuevo a ir a por mí. Había mecanismos para solucionar mi problema, pero prefirieron optar por aburrirme, aunque no lo consiguieron. Finalmente la justicia me ha dado la razón.
Entonces, ¿abandona la sanidad?
Yo abandono la sanidad a medias. No me voy a olvidar de mis orígenes, del daño que a mí me han hecho por denunciar lo que sucedía y sigue sucediendo en los paritorios.
¿A qué tipo de irregularidades se refiere?
Yo fui a Fiscalía, pero nunca me llamaron, archivaron el expediente. No llegué a contar las irregularidades porque no llamaron. Yo tenía un poco de miedo porque tenía una dependencia con la administración y me podía pasar factura, pero ahora ya no tengo esa dependencia. Ahora ya digo abiertamente que lo que me quemó fue el protocolo de cesáreas, que se evitan para intentar llegar al top 10. Además se utilizan demasiado los fórceps, cuando hay países de la UE en donde no se usan. Están pasando cosas y parece que nadie las quiere ver.
¿Por eso está estudiando Derecho?
Sí, estoy estudiando para cuando termine dedicarme a las negligencias médicas y a luchar por los intereses de los funcionarios a través de la asociación La Casa del Funcionario.
¿Por qué este interés por continuar denunciando las supuestas irregularidades en la sanidad canaria después de haber conseguido la incapacidad permanente?
Yo nunca he perseguido la incapacidad ni la paga del INSS. Si llego hasta aquí, me conformo con una paguita y me voy a mi casa, ¿de qué me ha valido todo? Voy a seguir luchando y voy a llevar todo esto hasta el final.
¿Cómo se define el síndrome del trabajador quemado?
Es un síndrome crónico de estrés. Se da sobre todo en personas expuestas al servicio público, como la educación, y no tiene que ver la edad. Está relacionado con el nivel de exigencia de la persona. Generalmente son personas a las que les gusta hacer las cosas bien, que están muy motivadas y que tienen vocación desde pequeñas.
¿Es un concepto reciente?
No, en otros países de la UE, como Francia, el síndrome de burn out está muy reconocido, se reconocen multitud de casos al año, en cambio, en España no. En muchos países el burn out está reconocido como una enfermedad profesional, por lo que la empresa tiene que cuidar al trabajador porque si éste lo sufre debe indemnizarle. Se considera que es la empresa la que te ha dañado y te ha puesto enfermo. Mientras que en otros países se implantan medidas de prevención para que no ocurra, aquí protegen a la empresa. La paga me la da el INSS porque entienden que la enfermedad es común, en cambio, en los países de la UE se considera que es una enfermedad laboral y es la mutua la que debe hacerse cargo. En España nos quedan por delante muchos años para avanzar y para estar a la altura de los países de la UE.
