Aunque han pasado varios días desde la celebración, no debe quedar sin reseña un magnífico evento en la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria. El pasado 31 de enero, la asociación Promuscan celebró un concierto de recuperación de obras de Joaquín García de Antonio, maestro de capilla de dicha catedral entre los años 1735 y 1779, y considerado una de las figuras más relevantes de la música barroca española. El valenciano Joaquín García sustituyó como maestro de capilla catedralicio a Diego Durón al fallecimiento de éste. Su introducción en el estamento musical canario no fue fácil, ya que al querer introducir las nuevas corrientes italianizantes en Las Palmas chocó con los instrumentistas y cantores de la capilla. Su tesón y la calidad de su obra refrendaron su reconocimiento. Bajo su magisterio se creó una magnífica escuela de músicos canarios, que alcanzaron un alto nivel como intérpretes de la música litúrgica.
Las intérpretes del recital fueron Dulce María Sánchez, soprano; Belén Castellano, violín; Soledad Marrero, violonchelo y Sandra González, continuo.
La denominación del concierto fue Ay que prodigio, e incluyó una serie de obras en honor del Santísimo Sacramento.
Comenzaron con el villancico Ay que prodigio (1763), continuando con la cantada Sonoro pico (1746), a la que siguieron tres tonadas Quién ha visto la cosecha (1758), Ah del rebaño (1735) y Ahora si es tan alto (1741). Se prosiguió con un solo de órgano a la Ascensión del Señor Del aire del campo (1741) y nuevamente otro villancico Con disfraces de nieve (1728), para finalizar con dos cantadas Asombroso milagro (1757) y Camine vigilante la fe mía (1745).
La mayoría de estas obras fueron transcritas, desde la notación antigua a la notación moderna, por Dulce María Sánchez, menos Ay que prodigio, Ah del rebaño y Asombroso milagro que fueron realizadas por Lothar Siemens. Señala en la edición del CD dedicado a este compositor por la Sociedad Española de Musicología, "que su producción de obras para voz solista con instrumentos (como las del concierto comentado) se sitúa entre lo mejor y más colorista de cuanto se compuso en la España de su época".
Hay que destacar la interpretación de Dulce María Sánchez, con voz afinada y dicción perfecta, lo mismo que sus compañeras en el dominio de sus instrumentos y en su alta musicalidad, siendo el órgano litúrgico de la parroquia de Nuestra Señora del Pino el que realizó el acompañamiento del continuo, y nos deleitó en la interpretación a solo Del aire del campo, a la Ascensión del Señor.
En conclusión, magnífico evento. Esperemos que Promuscan continúe con la programación de nuevos rescates de obras del Archivo Musical de la Catedral de Santa Ana.
